Los pacientes con insuficiencia renal de Barquisimeto deberían estar en los sectores priorizados para recibir gasolina, sin embargo, la situación se vuelve complicada con el pasar de los días y de la cuarentena.
Pacientes con enfermedades crónicas como insuficiencia renal o cáncer estaban recibiendo periódicamente unos tickets o credenciales emitidas por la gobernación de Lara para ser abastecidos de gasolina en aquellas estaciones que recibieran las gandolas.
Sin embargo, en las últimas semanas la entrega de este papel blanco con letras negras fue mermando. Para una unidad de diálisis que atiende a casi 100 pacientes de forma regular, apenas entregaron 5.
Así pasó a mediados del mes de abril en la unidad ubicada en el Seguro Social Pastor Oropeza Riera de la capital larense.
Allí, José Daniel Andueza lleva a su mamá a dializarse tres mañanas a la semana pero el pasado fin de semana vio peligrar su tratamiento cuando su vehículo se quedó sin gasolina.
Desde que inició la cuarentena social en el país para evitar la propagación de la COVID-19, solo ha recibido dos tickets de parte de la gobernación.
«Desde el viernes de la semana pasado no tengo gasolina para su traslado y no tuve ningún tipo de solución de parte de las autoridades», denunció José Daniel.
Pudo trasladar a su mamá el lunes gracias al apoyo de un señor, dueño de un autobús que presta apoyo para movilizar tanto a pacientes como a personal de salud.
En el plan de contingencia para atender a pacientes crónicos en medio de la cuarentena social, la gobernación dispuso, además de la entrega de tickets, el servicio de transporte por medio de una flota de taxis de la marca Chery.
Aunque siempre hay un pero. El mismo José Daniel cuenta a Radio Fe y Alegría Noticias que «en algunos casos, el uso de los taxis ha dado resultado para los pacientes pero si te beneficias de su uso, te sacan del listado de tickets de gasolina».
Su mamá está en silla de ruedas, por lo que su traslado es complicado. El servicio a través de los taxis solo garantiza la movilización los días de diálisis, sin embargo, en caso de presentarse una emergencia, no acuden al llamado para socorrerlos.
Cuando pudo llenar el tanque de su carro en una estación de servicio, vio con indignación «como le dan prioridad a otros vehículos antes que a los pacientes renales y oncológicos. Los médicos, enfermeras y pacientes deberían surtir primero pero se observa la corrupción y preferencia de autoridades militares, policiales y civiles para sus vehículos y los de sus personas cercanas».
Es por ello que hace el llamado a la gobernadora Carmen Meléndez para que aumente la atención y el número de tickets que entrega a los pacientes de cada unidad de diálisis.
Aunque la respuesta que recibe cada vez que intenta mediar con una diputada del Consejo Legislativo del estado Lara que frecuenta la unidad, es la misma: «no hay gasolina».
Actualmente en Barquisimeto hay 7 unidades de diálisis operativas, más otra ubicada en El Tocuyo, municipio Morán.
Sí pero no
A Douglas Adames no le quedó de otra que aceptar el transporte ofrecido por la gobernación. Su vehículo, donde además le daba la cola a otro paciente vecino y a algunas enfermeras, se quedó sin gasolina.
Hace un par de años sufrió un infarto, es diabético e hipertenso. Sus riñones dejaron de funcionar y fue referido a la unidad de diálisis El Ángel, ubicada en la avenida Pedro León Torres al oeste de Barquisimeto.
Allí asiste lunes, miércoles y viernes en el turno de la tarde y sale cerca de las 7:00 de la noche.
A esa hora el transporte lo lleva hasta, casi, la puerta de su casa. El servicio, en teoría, debía llevar a los pacientes desde y hasta sus hogares, sin embargo, a Doulgas lo dejan a unas 3 cuadras desde donde debe caminar cansado, mareado y muchas veces, a oscuras.
Su propio hijo, Arturo, relata a Radio Fe y Alegría Noticias que previo a la cuarentena no tuvieron tantos problemas para surtirse de gasolina, a pesar de que en Barquisimeto se presentaban colas en las estaciones de servicio desde hace un par de meses.
Ellos, como otros pacientes, contaban con un informe emitido por la unidad de diálisis que les permitía conseguir el combustible sin la espera.
La cosa cambió
«Pero al llegar la cuarentena eso cambia totalmente cuando informan que van a entregar tickets. A él solo le entregaron un ticket hace casi un mes», cuenta Arturo.
Al acabarse el combustible del único vehículo de la casa, «nos pusieron a decidir puesto a que habían colocado un transporte que empezó a utilizar. Primero habían dicho que iban a dejarlo, por lo menos, en frente de su casa, cosa que es falso. Por más que han mediado, el transporte llega a un punto del sector y de allí todos tienen que caminar».
Además de esto «llega a altas horas de la noche puesto que el mismo transporte busca a otras personas y pacientes en otras unidades y es un riesgo incluso por la zona. Estamos rodeados por barrios bastante peligrosos del oeste de Barquisimeto», agrega Arturo.
Henry, el paciente vecino a quien le daban la cola cuando contaban con gasolina, tampoco la ha pasado bien.
El viernes pasado, cuando regresaba a su casa caminando luego de una sesión de diálisis y en medio del racionamiento eléctrico que aplican hasta por 6 horas en Barquisimeto, un sujeto lo acosó con ganas de robarlo. Afortunadamente no pasó del susto.
Él debe caminar 2 kilómetros y medio hasta su casa, ida y vuelva, para poder ir y venir a sus diálisis. Es el punto donde lo deja el transporte asignado por la gobernación para su sector.
Douglas y Henry se dializan en el mismo turno junto a otras 31 personas que están en situaciones similares a las de ellos.
«Pude arreglar mi carrito», le contó Henry a Arturo esta semana. Pero tampoco tiene gasolina para usarlo.