Un espacio para caminar con Jesús
Tips para discernir la realidad
Lunes 15 de enero de 2024
Por: Antonio Pérez Esclarín
Reconocer el heroísmo de numerosos docentes
En el día del maestro es justo y necesario reconocer el heroísmo de numerosos docentes que, desde la penuria y total precariedad, se esfuerzan por garantizar educación a sus alumnos, a pesar de que sus salarios son irrisorios y ofensivos y no les alcanza ni para comprar la comida de unos pocos días, a pesar de que sus justos reclamos no son escuchados y el Estado los ha abandonado, siguen cumpliendo con su vocación de servicio y están subvencionando, con su generosidad y entrega la educación de los más pobres, deber esencial de un Estado al que parece no importarle la educación de las mayorías pobres, a pesar de que repite una y otra vez que son sus preferidos.
Muchos educadores para poder subsistir se rebuscan con cualquier otro trabajo, vendiendo productos, haciendo tortas o incluso lavando o planchando ropa ajena. No llevan como los militares, medallas en el pecho, pero cada día comparten con valor la batalla del progreso y son los genuinos defensores de la patria. Me imagino que las autoridades y los responsables de la educación tienen a sus hijos y nietos estudiando fuera del país o en los colegios privados, a los que solo pueden acudir los privilegiados.
Cada vez que un maestro o maestra abandona la educación porque no puede vivir con su sueldo, estamos cavando la tumba de la República y regresando a los días más negros del pasado. Trato y salario digno a los educadores ya.
Con Tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.