Una Palabra Oportuna 3058

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Un espacio para caminar con Jesús

Tips para discernir la realidad

Viernes 09 de febrero de 2024

Por: Antonio Pérez Esclarín

No es lo mismo dialogar que negociar

Es urgente que trabajemos duro por el diálogo y la negociación, que nos saquen de tantos enfrentamientos y sufrimientos inútiles y podamos enrumbar al país por los caminos de la reconciliación, la convivencia y la prosperidad. Es imposible un futuro humano diseñado sobre la exclusión, el odio, la violencia y la mentira. No es lo mismo dialogar que negociar, el diálogo no siempre llega a acuerdos pero reconoce la existencia de otras personas con opiniones, palabras y lógicas diferentes, el diálogo fracasa si no hay escucha. Existen conversaciones y supuestos diálogos que no son tales porque no se escucha, la escucha traduce ya el respeto por la dignidad del otro sin confundir sus opiniones con su persona, el interés de conocer sus puntos de vista sin ver los negativos, antes de conocerlos, la autocrítica sobre la autosuficiencia de considerar absoluta mi verdad. La escucha no significa compartir de antemano opiniones y propuestas pero tampoco rechazarlas y menos a quienes la comparten. Es necesaria la negociación para llegar a acuerdos, pero previamente es preciso el diálogo. La actitud de escucha es imprescindible en el diálogo pero no es lo usual, pues se tiene preparada la respuesta de antemano sin escuchar. En un genuino diálogo es necesario que la esperanza de que son posibles las soluciones acompañe a  la escucha, traduce confianza en las personas, aunque las situaciones difíciles parezcan sin salida. Ni el diálogo ni la escucha son humanas y ni siquiera útiles si no hay esperanza.

Con Tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.