Un espacio para caminar con Jesús
Oración de la mañana
Sábado 02 de noviembre de 2024
Por: Mireya Escalante
Mi Primera Comunión (Juan 6, 51-58)
El otro día, en una reunión nos pidieron que hiciéramos el esfuerzo de visualizar nuestra Primera Comunión, retrocedí muchos años y me vi ahí, percibiendo las emociones y sentimientos de ese instante, cuando recibimos por primera vez el cuerpo y la sangre de Cristo. ¡Vale la pena hacer ese ejercicio!
Tal vez la rutina a veces nos rompe la verdadera comunicación, pero volver a sentir que Él está dentro de mí, es estar llena de un Amor que me desborda.
Todos queremos vivir, como dice la Palabra, queremos ser felices, y hoy nos lo dice: recibiendo la Eucaristía, no es un asunto que se entienda desde una fría teología. Es algo que se siente y se agradece, porque se convierte en el pan de nuestra vida, del que nunca nos saciamos. Es una comunicación total que siempre deseamos con ansias y es cuando caemos en cuenta de la razón por la que le vemos sentido a nuestra vida. Nos da la libertad que nos hace seguir el camino indicado, relativizando todo lo demás.
Jesús nunca se fue, nos dejó su vida entera en ese cuerpo y sangre que podemos recibir.
Con Tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.