Espiritualidad. Lunes 22 de marzo de 2021.
Por Antonio Pérez Esclarín.
La vida como servicio
El evangelista Marcos, recoge en su evangelio unas palabras con las que Jesús resume el sentido último de su vida: “El hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar la vida en rescate por todos”. Al escuchar estas palabras, solemos pensar en el sacrificio último de Jesús en la Cruz y olvidamos que toda su vida fue entrega y servicio.
En realidad, la muerte de Jesús, fue la culminación de un desvivirse constante a lo largo de los años. Día tras día fue entregando sus fuerzas, su juventud, sus energías, su tiempo, su esperanza su amor. Los cristianos somos en consecuencia, seguidores de alguien que ha dado su vida por los demás, lo que nos exige entender nuestro vivir diario como un servicio y don a los otros.
Lo más precioso que tenemos y lo más grande que podemos dar es nuestra vida, lo que está vivo en nosotros, nuestra alegría, nuestra ternura, nuestra confianza y sobre todo en estos días, nuestra esperanza que nos sostiene en la lucha y nos anima desde dentro.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.