Oración de la mañana. Miércoles 26 de mayo de 2021.
Por Mireya Escalante.
El fuego interno nos ayuda a «en todo amar y servir». Mc 10,32-45
La palabra de hoy nos pone en esa lógica de Jesús tan sencilla, pero tan difícil de internalizar.
Les pasó a sus discípulos que compartieron con Él y que al no comprenderla le pidieron puestos de honor en su reino. Que queda para nosotros, que además estamos entrenados para sobresalir, para poder tener quien nos sirva, lo que nos resulta muy atractivo.
¡Pero no! Nos habla de ser los primeros, ese deseo lo tenemos casi culturalmente natural, pero nos dice que para serlo tenemos que ser sirviente de los otros, eso nos suena totalmente contradictorio y por lo tanto muy difícil.
Y no es posible para nosotros, a menos que entendamos lo que Jesús hizo una vez resucitado, tal y como lo leímos el domingo cuando celebramos la fiesta de Pentecostés, nos sopló su espíritu, ese fuego interior que ya está en nosotros y es lo único que nos da la posibilidad de entender esa paradoja y la constancia y perseverancia para vivirla.
San Ignacio, nos da la clave, cuando al final de los ejercicios nos plantea pedir ese conocimiento interno de tanto bien recibido, para que reconociéndolo, pueda yo enteramente, en todo amar y servir.
Aprovechemos este año ignaciano para pedirlo y poder cambiar nuestros esquemas y ver así nuevas, todas las cosas en Cristo.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.