Espiritualidad. Viernes 16 de julio de 2021.
Por Antonio Pérez Esclarín.
El discernimiento
El discernimiento es uno de los temas fundamentales en el camino de la espiritualidad ignaciana. Es una pedagogía de la decisión para buscar en todo, la voluntad de Dios. Es un camino hacia la verdadera libertad. Un método que ayuda a distinguir entre el buen espíritu, origen de los movimientos interiores que provienen de Dios, y el mal espíritu que, aunque se presenta a veces con apariencia de bien, milita en su contra.
Si lo que estoy discerniendo me lleva a obrar con justicia, solidaridad, perdón y amor, me estoy dejando llevar por un espíritu que proviene de Dios.
Si me lleva a la soberbia, la vanidad y el egoísmo, el rencor, estoy siendo movido por un espíritu del mal.
De ahí, la necesidad de analizar individual y comunitariamente -iluminados por una oración como dialogo amoroso con Dios- qué espíritu mueve nuestras acciones y vidas. ¿Cuáles son sus frutos?, ¿son paz, alegría, generosidad, servicio o más bien envidia, egoísmo, violencia, ansias de poder o de figurar?
El espíritu de Jesús libera de todas las cadenas internas, egoísmo, comodidad, miedos, ansia de tener o de poder. Nos rescata de la esclavitud y nos abre al horizonte luminoso de una vida plena de hijos y de hermanos.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.