Espiritualidad. Viernes 20 de agosto de 2021.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Ver con los ojos del corazón
Lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve bien con el corazón, nos dice Saint-Exupéry en el principito. Solo si miras con los ojos del corazón serás capaz de descubrir la verdadera belleza. Detrás de muchos rostros estirados por la cirugía y muy maquillados, se esconden almas muy arrugadas y debajo de los surcos y heridas de muchos cuerpos quebrantados por el trabajo y la entrega, brillan espíritus sublimes y hermosísimos.
Hay rostros de ancianos y ancianas que irradian una belleza pacífica, serena. Esa belleza crece con el tiempo, porque el tiempo aquilata y purifica lo que nos hace grandes, la capacidad de amar que posee el ser humano. El paso silencioso y constante de los años engrandece a la persona que ha vivido para servir y no para servirse, quizás detrás de esos ojos compasivos, se esconden muchas lágrimas, detrás de esas arrugas no maquilladas se oculta mucho dolor, porque el amor es donación, es buscar el bien objetivo del otro y por eso muy a menudo, el amor duele.
El amor no es un maquillaje que se quita en la noche, su huella en la persona es indeleble y no se borra con el paso del tiempo.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.