Oración de la mañana. Domingo 17 de octubre de 2021.
Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.
Cafecito de la esperanza en camino de conversión
Señor Jesús, has venido a servir, a dar la vida. Tú nos anuncias tu Reino de paz, amor y justicia: todos hermanos, formando una gran familia. Nos ofreces una bella alternativa: ser esclavos, lavar los pies con amor y de rodillas. Esa hermosa lección se nos olvida con frecuencia, nos cuesta asimilar las notas de tu dulce melodía. Preferimos los honores, el poder, estar arriba, figurar, ser alabados, sentarse en primera fila.
Si practicamos la “gratuidad” sin medida, nuestra Iglesia será una fuente de alegría, donde aprendamos todos que el servicio y la acogida son las dos manos que curan esta humanidad herida. Ser cristiano es tener el coraje de decir sí a la vida, con sus limitaciones, sus sufrimientos, sus enfermedades, su muerte inexorable. Vivir sirviendo con amor a los demás, hacer la vida un poco más grata a los que llevan una carga demasiado pesada. Un servicio sin amor esclaviza, un servicio con amor nos hace libres y felices.
La felicidad la prometes a aquellos que ponen en práctica el bien. En el abrazo inesperado y en el esperado también. En el amor correspondido y la amistad. En una tarde en que descubres que compartir tu tiempo, tu trabajo, tu esfuerzo, merece la pena. En un rato de oración en el que, de golpe, Tú estás ahí. En las heridas que se sanan. En el perdón que llena de sentido la propia historia. En liberarse de las apariencias que engañan. Aceptar alguna que otra dosis de fracaso. En la humildad y la fe que se quita las capas para ir al corazón del Evangelio.
En todas esas historias encontramos motivos para la gozo interior. Y al abrir nuestro tiempo, nuestras manos y nuestro corazón al prójimo, esa alegría se vuelve júbilo, se vuelve ternura, y se vuelve fecundidad, es el amor hecho servicio.
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
