Oración de la mañana. Domingo de Ramos 10 de abril 2022.
Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.
Entremos con Jesús a Jerusalén
Mañana de Domingo de Ramos, la ilusión del reencuentro con una vivencia de fe que se abre paso tras el desierto de la Cuaresma. Un lugar sencillo, unas ramas, una cruz… el silencio fecundo que ayuda al encuentro… Una silla, el patio… un espacio que me motiva… La presencia de Jesús lo invade todo, llega como un buscador apasionado de los pobres, de los que lloran, de los perseguidos. Llega para apoyar con su vida a los que trabajan por la paz, a los que van por la vida con un corazón transparente. Dios está con los últimos, es el Dios con nosotros.
Me invita a acercarme con sencillez, abrir el corazón a la gracia. El desafío “acompañarlo”, estar cerca de Él y dejarnos “mirar” en su itinerario hacia la muerte y resurrección. Su “mirada” derrama misericordia en abundancia y puede limpiar mis miradas de tantas oscuridades que nublan el corazón y ensombrecen el rostro. Llamados a enfrentar las preguntas fundamentales del seguimiento ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo?…
Me dispongo: el centro de mi mirada lo ocupa Jesús… desde los gritos de justicia que nacen en tantos lugares de la tierra. Desde la búsqueda insegura de millones de migrantes, enfermos, tristes… Acojo a Jesús que viene… Es el Siervo, enviado por el Padre para hacer presente el amor en medio de Jerusalén. Acepta vencer el odio con el amor. Acoge los gritos de alegría de los niños que salen a su encuentro con palmas. Descubre el poder del odio escondido. Huele a drama. Hay mucha intensidad en cada gesto, en cada palabra. Es la hora de Dios, de su proyecto. Viene de un largo camino.
¿Cuál es la gracia que estás necesitando recibir? … recuperar la paz interior, retornar al camino de la alegría y la esperanza, integrar una pérdida, liberar los ojos para ver la realidad transfigurada, recuperar la confianza en sí mismos y en Dios. Para cada uno Dios tiene una pedagogía especial y nos ama de manera individual, respetando nuestra historia personal. Pido la gracia de acoger a Jesús que viene como el rey que sirve y entrega la vida. Y disponerme para acompañarlo en estos días de gracia aprendiendo en todo a amar y servir.
Mira a Jesús, entra en nuestra vida con medios humildes: sobre un manso burrito. …Jerusalén: Lugar de Sufrimiento y de Triunfo. La escuela de la vida nos enseña, que no todos los días son días de alegría y triunfo: están los días oscuros, de sufrimiento, frustraciones y fracasos.
La multitud saluda al rey que entra a Jerusalén para realizar allí el servicio de la cruz. Aclama al que va a liberar pronto a su pueblo. Domingo de Ramos “de la Pasión del Señor”, la suerte libremente aceptada.
Un día para acompañar a Jesús con nuestra oración de alabanza, de reconocimiento, unidos a la multitud que con ramos y palmas lo recibieron en Jerusalén: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!
Contemplamos. Subimos a Jerusalén y… el Hijo del hombre será entregado a los gentiles, y escarnecido, insultado, y escupido, y después de haberle azotado le quitarán la vida…” . Se acallarán los gritos de la muchedumbre y se verá obligado al silencio de la muerte.
Hace bien en este domingo de Ramos 2022, identificarse con “la gente”, sentirse humanidad, pueblo de Dios, uno entre la multitud con ese amor, esa alegría compartida y proclamar: Bendito Espíritu Santo, que unifica la Iglesia y nos hace tener un solo corazón, el de Dios.
Nos preguntamos: ¿cómo situarse ante el mal y la guerra que causan tanto dolor a los inocentes? ¿Con quién quiero celebrar la Pascua este año? ¿Qué llevo en mis manos, ramos o cruz? ¿Reinar o servir?
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.