Actitudes. Miércoles 15 de junio de 2022.
Por Luisa Pernalete
Valor pedagógico del sentido del humor
Sonreír y reírse no significa que se estén banalizando los problemas. El sentido del humor tiene un gran valor terapéutico y pedagógico, y mientras más difícil está el país, más necesario resulta para poder resistir con cierta paz y cierto ánimo.
¿Usted no agradece que a mitad de mañana alguien le mande un chiste? En Japón, en donde son expertos en gerencia, tienen empresas en las cuales, a mitad de jornada, por alto parlantes, comparten anécdotas divertidas. Eso les ayuda a su concentración y buen clima organizacional.
El buen humor se puede enseñar y se puede aprender. Hablamos de sonreír y reír, no de burlarse, que es violencia muy cruel. La sonrisa y la risa son contagiosas, saber expresarse de manera inusual hace reír, y si uno aprende a reírse de uno mismo, tendrá buen humor hasta que se muera. Un buen chiste en clase ayuda a la concentración, acerca a los niños, mejora el ambiente. Los lunes se debería comenzar con: ”el chiste del fin de semana” y se puede comenzar la clase de manera amena. Hay que ensayar las sonrisas colectivas. Es una herramienta gratis. Practiquen enseñar con buen humor, verán que funciona.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
