Oración de la mañana. Domingo 10 de julio de 2022.
Por Mireya Escalante.
Soy yo o el otro (Lucas 10, 25-37)
Hoy la palabra nos trae esa conocida parábola del Buen Samaritano.
Nos lleva a preguntarnos y nosotros ¿a quiénes nos aproximamos? y ¿para qué?
El Samaritano, un hombre simple y pecador como nosotros, se acercó a un herido tumbado en la cuneta de un camino, para compadecerse y actuar con misericordia.
No le importó el tiempo que perdió, que sus asuntos se retardaran, que perdiera dinero. El objetivo era dar algo de vida a ese que se encontró. El centro de su atención, no era él mismo, si no el otro, justo la propuesta que nos está haciendo Jesús.
¿Me aproximo a ese de la cuneta, o más bien al que está en la cumbre del poder o del dinero, para ver qué prebenda me toca?
¿Me acerco a ese hombre abandonado a su suerte o más bien a mi grupito de conocidos, donde puedo obtener satisfacciones inmediatas, sin mucho complicarme la vida?
Es hora de pensar ¿qué es lo importante para mí? ¿es mi comodidad, o mis satisfacciones, o es el otro?
Por aquí va la propuesta de Jesús… vivirla es ese tesoro, por el cual vale la pena invertir todo.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.