Una Palabra Oportuna No. 1920

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Oración de la noche. Domingo 24 de julio de 2022.

Por José Francisco Aranguren SJ.

Padre que nos amas con amor de madre, en esta semana que termina, y hoy especialmente, te reconozco como mi origen y mi fundamento. De ti vengo y a ti voy. Nada está fuera de tu creación y el amor que le tienes a todo lo que existe es lo que les da su autonomía.

Hoy te agradezco en silencio porque reconozco que eso es así y que tú estás tan íntimo de lo íntimo mío dando vida. Hago silencio por unos segundos.

Padre materno, sería demasiado creído de mi parte ponerme como ejemplo o modelo cuando te digo que «me perdones como yo perdono», precisamente aprendo a perdonar como tú al contemplar a tu hijo hacerlo. Quiero vivir mi dimensión de hijo en mi cotidianidad y poder encontrarme con los otros hermanos pero bien sabes que a veces mi historia o el juego que hago con el mal espíritu me puede más y me dejo seducir por la voz del mal espíritu. Ayúdame, te pido perdón por lo que de ello haya habido en esta semana que termina. Hago silencio y penitencia.

Padre, que no estás ni arriba ni abajo sino en la esencia de todo, quiero encomendarme a ti en este día en el que contemplamos tu ser padre y tu ser nuestro. Permíteme vivir mi fraternidad y mi filiación como lo hizo tu hijo.

Amén.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.