Una Palabra Oportuna No. 1939

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Oración de la mañana. Miércoles 03 de agosto de 2022.

Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza

Señor Jesús, esta mañana en nuestro café nuevamente aprendemos de ti, estamos fascinados por un Jesús sensible, abierto a todos, dispuesto siempre a ver a las personas en profundidad por encima de dogmas y creencias, un Jesús al que no le importa lo que diga la gente, los fariseos de turno. Provocas el encuentro, tomas la iniciativa de salir fuera del territorio. Admites fe en otras personas que no son del pueblo judío, incluso llegas a sorprenderte de la fe de una mujer extranjera… le dedicas tiempo, no tienes prejuicios ni prisa cuando estás con ella y actúas con total libertad.

Entramos en la escena para descubrir detalles de humanidad presentes en tu relación con las personas. Rompes con los esquemas que se pretendían mantener. Para ti la religión es una vivencia capaz de responder a situaciones nuevas. La fe auténtica, todo lo puede. Es conmovedor descubrir la escena que presenta este Evangelio. Más que una escena es el retrato de tu corazón. Caminabas, te encontrabas en el tiempo de tu vida pública, te movías de un pueblo a otro. En un momento de la misión, llega la mujer que te interrumpe, la escuchas gritar. Había sufrido tanto, imploraba compasión, una que a muchos seguramente había molestado. Despreciada, no vencida: no se rendiría hasta alcanzar tu bendición para su hija a quien tanto amaba.

El amor de una madre, llega a olvidar su propia imagen, lo importante es lo que sus hijos necesitan y llegaría más lejos si fuese necesario para lograrlo. Finalmente, una mujer así conmovió tu corazón… ¿Qué puedo aprender de este Evangelio? Tengo tres modelos: los apóstoles que no comprendían en qué consistía extender tu Reino. Una mujer que enalteces por su amor y fe. Y tu corazón del que nunca alcanzaré a aprenderlo todo, y puedo imitar hoy”.

Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.