Oración de la noche. Domingo 28 de agosto de 2022.
Por José Francisco Aranguren, SJ
Señor, para muchos de nosotros ya las vacaciones van llegando a su fin, otros, ni siquiera las han tenido. Es por ello que este ratito de encuentro contigo quiero que sea de calidad, de poner mi vida toda con sus angustias y alegrías ante ti. Vengo con ese deseo genuino inspirado y movido por ti.
Quiero, en este rato, habitar bajo tu presencia, ver la realidad y mi realidad con tus ojos. Así que te vengo a quitar prestados tus ojos misericordiosos. No quiero engrandarme a mí mismo, actuar desde lo que soy: un hijo amado tuyo. Quiero agradecerte por todo lo que has hecho en mí a lo largo de esta semana y por lo que seguirás haciendo.
Te pido perdón por las veces en que me he buscado a mí, intentando engrandecerme. Sí, lo he hecho Señor y bien lo sabes. Quiero tener contigo una relación adulta y madura. No quiero tratarte como un mercado ni como un jefe sino como un padre amoroso que ya me dio lo mejor que me puede dar: mi vida. Y que me ofrece la posibilidad de vivir Su vida. Señor, dame siempre de ese pan. Tu palabra es la verdad.
Te encomiendo todo lo que ocurrirá esta semana en mi vida y en el mundo.
Amén.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.