Una Palabra Oportuna No. 2031

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Oración de la mañana. Sábado 17 de septiembre de 2022.

Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza

Señor Jesús, gracias por tu capacidad de escucha, de espera… Jamás das nada por perdido. Siempre animando, apoyando, levantando. No te asustan nuestras caídas, nuestras demoras, nuestros cansancios, nuestros retrocesos. Siempre nos ofreces una nueva oportunidad. ¡Qué bueno eres siempre con nosotros! ¡Gracias! Derrochas la semilla y lo dejas todo sembrado: los caminos, las piedras, los espinos. Lo importante para ti es no cansarse de sembrar el bien. No decir nunca: de aquí no se puede sacar nada.

La fecundidad de la semilla se determina por la calidad del suelo en el cual cae. Igualmente, la fecundidad de la palabra de Dios se determina por la apertura de corazón de la persona que la recibe. Crecemos a nuestro propio ritmo. Dios es paciente con este crecimiento. Concédenos un corazón de carne para recibir tu  Palabra. Que cada día dediquemos tiempo a escuchar la canción, la semilla que plantas en nuestro corazón y así nos transforme con mayor plenitud.

La semilla está sembrada, para cada corazón su fecundidad no es automática, ni está asegurada; cuando llega a una tierra fértil da sus frutos con sorprendente abundancia, incluso por aquellas semillas que cayeron en tierra árida. ¿Comparto el optimismo de esta parábola, o soy más bien un profeta de la condenación y de la desesperanza?

Dedico un tiempo más para mirar lo que sucede en mi corazón cuando escucho estas palabras, y te suplico me concedas un corazón honesto y bueno, que siempre esté dispuesto a recibir la semilla, y pueda entregar frutos abundantes.

Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.