Una Palabra Oportuna No. 2034

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Oración de la noche. Domingo 18 de septiembre de 2022.

Por José Francisco Aranguren, SJ.

Padre del cielo, en esta semana he experimentado un tumulto de sentimientos, por eso hoy tengo la gran necesidad de estar contigo, de dejar reposar el agua turbia. Gracias, Señor, por poder tener este momento contigo para ver mi semana.

Quiero hacer silencio y luego dejar que tu palabra de hoy ilumine mi semana que empieza. Te agradezco por la vida que me has dado y por la vida tuya que me quieres transmitir para que viva mi vida con tu espíritu.

 Hoy, Señor, reflexiono en tu palabra y caigo en cuenta de que la diferencia no está entre los hijos del mundo y los hijos de la luz, sino en la manera que yo como cristiano tengo de tratar los asuntos mundanos y los asuntos espirituales. Eso nos enreda. Hoy puedo decir que no debemos servir a ningún “dios”. Al verdadero Dios solo se le puede servir, sirviendo al ser humano.

La invitación que me hace tu evangelio de hoy  es a vivir con menos necesidades materiales y buscando crecer en el orden espiritual. Esto es todo un reto. Dame tu gracia para practicar en esta semana esa actitud.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.