Una Palabra Oportuna No. 2051

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Oración de la mañana. Martes 27 de septiembre de 2022.

Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza

Señor Jesús, la luz brilla en las tinieblas y tu  grandeza en medio de nuestras  mezquindades. Los samaritanos no te quieren recibir simplemente porque caminas a Jerusalén, la ciudad enemiga. Los discípulos quieren vengarse y te piden que mandes fuego del cielo que los arrase a todos. En medio de tanta miseria está tu postura magnánima, no cambias la ruta de tu camino, sabes que te espera la muerte. Lo que tienes que hacer en la vida es más importante que la vida misma. “El celo de tu casa me devora”.

Te sientes devorado por la misión que el Padre te ha encomendado.  Manifiestas tu grandeza frente a tus discípulos Santiago y Juan. Te piden fuego del cielo para que arrase la ciudad que no te ha querido recibir. Los regañas. Les echas en cara lo poco que han aprendido en el tiempo que llevan contigo. No es lanzando piedras como se solucionan las cosas, ni con fuego material se evangeliza una ciudad. Hay que cambiar las piedras y convertirlas en perdón. El fuego de la venganza en llama de amor.

El mismo que pides al Padre para que el mundo arda de ternura y  misericordia. En nuestro café sentimos tu acogida, nos amas, levantas, animas, perdonas, nos das nuevamente la fuerza para caminar. Devuelves la vida, con gestos y palabras que transforman. Es la experiencia de la mujer: se siente comprendida, amada, y responde con un gesto de amor, se deja tocar por tu misericordia, obtiene el perdón, comienza una vida nueva.

Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.