Oración de la mañana. Domingo 02 de octubre de 2022.
Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.
Cafecito de la esperanza
Señor Jesús, nos hacemos conscientes de que no podemos ir por la vida haciendo las cosas para que nos recompensen. Vivir de fe y en algunas circunstancias, vivir solo de fe. Tu mensaje es claro: “Si tuviéramos fe como un granito de mostaza” haríamos prodigios. Con algo tan insignificante…haríamos maravillas. Hasta moveríamos montañas. Con los discípulos rezamos nuestra plegaria: “Auméntanos la fe. Haz fuerte nuestra esperanza.
No te pedimos fe para mover montañas. Solo queremos, una fe, de calidad» para acoger tu Palabra. Humilde, sencilla, generosa, con dos caras: una que mire hacia Ti, otra a la familia humana. Somos, siervos tuyos, atentos a tus miradas. En hacer lo que nos mandas encontramos nuestra recompensa. Nos invitas a servir, por pura gracia, que nos sorprenda sirviendo el sol de cada mañana. No se trata de cantidad sino de calidad. “Aunque la higuera no echa yemas, y la vid ya no da frutos; aunque el olivo ha olvidado su aceituna, y los campos no dan cosechas…Aunque faltan las ovejas en el redil y no tenemos vacas en el establo…Yo exultaré contigo y te alabaré”… Fe es fiarse plenamente de Dios.
Cuando todo nos va mal, cuando materialmente no queda nada, desde la fe auténtica, proclamamos: ¡Aún me quedas Tú! “Te exhorto a que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de las manos”. Siempre puede renacer el amor primero. Solo cuando nos sentimos que somos un regalo de Dios estamos en condiciones de hacer de nuestra vida un regalo para los demás.
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
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