Oración de la mañana. Miércoles 26 de octubre de 2022.
Por Mireya Escalante.
Como cochinitos (Lucas 13, 22-30)
A Jesús le preguntan sobre la salvación, era una preocupación del momento y lo es ahora también para nosotros… y su respuesta resulta medio extraña…
Habla de una puerta angosta, que tenemos que cruzar, cuando el dueño de la casa termine de comer.
Me hace recordar el cuento de los “huevos con tocino”, se sabe que la gallina aporta, pero el realmente comprometido es el cochino.
Jesús nos está pidiendo, no solo saber de Él, si no comprometernos, a sabiendas de que en esa pérdida, ¡ganamos!
Zaqueo, que no preguntaba por la salvación, lo vivió en esa comida famosa con el Maestro, se comprometió, no solo poniendo su casa y su banquete para recibirlo, si no repartiendo lo que tenía a los más necesitados. Jesús se llenó de alegría y le dijo: hoy la salvación ha llegado a esta casa.
¿Queremos salvarnos? No es cosa de “por encimita” no basta saber que el otro nos necesita o que la Casa común nos reclama, hay que involucrarse, como el cochinito.
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