Una Palabra Oportuna No. 2207

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Oración de la mañana. Miércoles 14 de diciembre de 2022.

Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza con San Juan de la Cruz

Señor Jesús, en este amanecer del Adviento nos acompaña San Juan de la Cruz, amigo de silencio y soledad, abierto a la comunicación honda con las personas. Afectuoso y comprensivo con los demás. Conjuga la firmeza y la ternura. Su sensibilidad vibraba con fuerza ante el bien y la belleza. Humilde, pacífico y obediente, reaccionaba sin miedo ante la falsedad, la incoherencia, la insidia. Maestro en los caminos del espíritu. Acompañante fiel de quienes le pidieron luz para el camino. Perdonó con amor heroico cuando lo marginaron y persiguieron.

Siguió amando, fiel a su lema: “donde no hay amor, pon amor y sacarás amor”. Cristo fue su Amado. “Cristo es mío y todo para mí”. Gracias, Juan de la Cruz, por alumbrar con tu noche nuestros días, invitándonos a vivir con una llama de amor en el corazón. Gracias por acercarnos a Jesús que espera siempre nuestro amor; por llevarnos a la interioridad donde la fe se ilumina y sosiega, y la muerte es vida renovada. Por proponernos que el amor sea nuestro ejercicio. Aquí estamos dispuestos a ir al encuentro contigo y los hermanos, subimos el monte de la perfección.

Los símbolos de la noche, el camino, la subida son claves en la espiritualidad sanjuanista. Están vinculados a su propia experiencia.  En medio de la noche, abre los ojos del alma. Ya no necesita luz de lámpara ni de sol. Le basta la luz que arde en su corazón. Ahora sencillamente recogemos la mirada, sin  distraernos. Descubrimos la dicha de caminar en la noche.

Nos quedamos en silencio, con una mirada sencilla.  Aunque el presente sea fatigoso, avivamos la llama de la esperanza. Cuando ya nadie te escuche, Él te seguirá escuchando. Cuando ya nadie te espere, Él te seguirá esperando.

¡Ven no tardes tanto!

Danos tu amor y gracia que esto nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.