Espiritualidad. Lunes 13 de marzo de 2023.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Aprender a perdonar
Para caminar con pasos seguros y firmes en esta Cuaresma, hacia la resurrección y la vida, debemos deshacernos del peso de la rabia y el rencor que nos oprime el corazón y no nos permite la alegría. Por ello, aunque resulte muy difícil, debemos disponernos a perdonar. El espíritu del perdón rompe el círculo diabólico de la revancha y nos permite a los humanos, siempre heridos e hirientes, un sana convivencia.
Perdonar es la única forma de ser libres, pues destruye las cadenas del rencor, el enojo, y el ansia de venganza que envilecen y consumen. En palabras de Mark Twain “el perdón es la fragancia que suelta la violeta cuando se levanta el zapato que la aplastó”. Perdonar no es olvidar, es recordar sin amargura, renunciar a la venganza.
Es por ello también un acto de liberación. Al perdonar, en cierto modo, dejamos de sufrir. Nos liberamos del dolor y libramos al que nos ofendió de la capacidad de seguirnos haciendo daño. Perdonar es sanar la herida y recuperar la paz interior. Si no perdonamos, siempre que recordemos la ofensa que nos hicieron, volveremos a sufrir.
Guardar rencor es como si uno tomara un veneno y esperara que otro se muriera.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.