Una Palabra Oportuna No. 2680

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Un espacio para caminar con Jesús

Tips para discernir la realidad
Viernes 04 de julio de 2023

Por: Antonio Pérez Esclarín

El amor de Jesús es liberador

La celebración reciente del aniversario de la muerte de Ignacio de Loyola, nos brinda la oportunidad de recordar que la conclusión de los ejercicios espirituales, es la contemplación para alcanzar amor.

Se trata de una manera de vivir, un estilo espiritual que nos hace descubrir en la realidad cotidiana la presencia amorosa de Dios, que nos invita a optar por el seguimiento de Jesús, que se traduce en la actitud de «en todo amar y servir», objetivo último de la espiritualidad ignaciana.

Pero Ignacio se apresura aclarar que el amor se ha de poner en las obras más que en las palabras, en línea con el viejo refrán que dice que obra son amores y no buenas razones, o meros deseos o palabras bonitas.

Cuando Ignacio habla de amor no habla de un sentimiento, habla de obras que son el fruto del amor. Amar a alguien es preocuparse y ocuparse por su bienestar y felicidad, garantizarle condiciones de vida digna y oponerse a todo lo que causa su exclusión, sufrimiento y miseria.

El amor verdadero es un amor práctico, servicial. Amor como el que practicó Jesús, que dedicó su vida a ayudar, a curar, a dignificar, a liberar, a perdonar; amor solidario con el que sufre, con el desvalido para ofrecerle vida, amor humilde tierno y generoso.
Amar, es gastarse por los demás, irse consumiendo como la vela para dar luz y calor.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos