Oración de la mañana. Domingo 23 de agosto de 2020.
Por Herlinda Gamboa. Voz Julitze Maryurel.
Cafecito de la esperanza
Señor Jesús, apenas nace el día: tú eres la luz y el sol de mi jornada. Es domingo y tu palabra me invita a revisar mi experiencia de fe. Quién eres para mí? Qué puedo decir de ti?…Hoy necesito creer en ti, el «Jesús humano, humilde niño de Nazaret, que entre olor a madera y dulzura filial supo descubrir el amor del Padre a la humanidad.
Amor que despertó su vida, en el amanecer del Reino que llegaba, al descubrir en cada hombre y mujer la grandeza del Dios encarnado. Es mi Cristo de pies morados, de tanto pasar frío; que a la vez están rojos de la pasión andada por el hombre y sus caminos. Es Jesús de silencios; de sintonía con el Padre. Rostro que hoy se repite, en todas las gentes del mundo; mi Cristo, es universal. Rostro que hoy siento y veo desfigurado como aquel día en la cruz. Es mi Cristo en el llanto del niño abandonado. En los ojos clavados, del emigrante en el mar.
En la voz femenina que aclama como María, su Magníficat de Justicia e Igualdad. O los surcos abiertos del obrero, esperando su jornal. Este es mi Jesús. Eso y más es su identidad; porque en cinco letras cabe todo un hombre y mucho más. Dios silente y escondido, como plegaria suave al mar; que te invita a entregarte a su ritmo; que te atrapa en libertad, que solo espera, a que tomes tu cruz, para hacerte resucitar.» Con Pedro y toda la Iglesia te confesamos como «El Cristo, el Hijo de Dios vivo».
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.