Espiritualidad. Miércoles 02 de diciembre de 2020.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Mi vida tiene una misión
Yo soy un ser humano, amado infinitamente por Dios, que me invita a acompañarle en su misión de transformar nuestro mundo inhumano y construir el reino, la sociedad de la justicia y el amor. Dios quiere reinar en los corazones y gobernar en la vida de las personas, para que actuemos como hijos y trabajemos por una sociedad nueva, donde todos vivamos como hermanos.
Como padre madre de todos, no quiere que siga reinando la injusticia, la violencia, la explotación, el hambre y la miseria, quiere una sociedad donde se privilegia los más débiles, pobres y pequeños, porque son los que más necesitan atención y ayuda; y eso que Dios quiere, es lo que hizo con pasión Jesús y lo que hoy me pide.
El seguimiento, más que un privilegio, es un compromiso y un modo de vivir a plenitud mi condición humana. Me toca como ser humano, colaborar en la construcción de la historia según el plan de Dios, que quiere que todos tengamos vida en abundancia y para ello Dios necesita de mis manos y de mi trabajo.
Los talentos que he recibido, todo lo que soy y tengo, es para ponerlo al servicio de una sociedad justa y fraternal. Ser humano al estilo de Jesús, es gastar la vida del servicio a los demás y así llenarla de sentido.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.