Una Palabra Oportuna No. 847

29
palabra

Oración de la mañana. Jueves 31 de diciembre de 2020.

Por Herlinda Gamboa. Voz Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza en el último día del año

Señor Jesús, compartimos un café para despedir el año. Te pedimos que nuestra mirada tenga capacidad y profundidad, que podamos ver el viaje realizado con toda la humanidad a lo largo de estos 365 días de camino. Un viaje de paz, unidad y esperanza en muchos tramos del recorrido por distintos paisajes y realidades. También caminamos tiempos duros, de mucha incertidumbre, enfermedad, dolor y muerte. Somos conscientes de todos los lugares recorridos durante el año, la experiencia nos enseñó que la adversidad se convirtió en oportunidad para ser mejores seres humanos.

Nos unimos en la distancia para convertirnos en mensajeros de paz y buenas noticias. Vencimos el miedo con tu ayuda, a todo lo que oprime el corazón y la mente, lo hicimos a fuerza de bien y verdad; fe y trabajo. Con alegría resiliente. Aprendimos a acoger serenamente la historia en toda su realidad, a vivir un día a la vez con paz y esperanza.

Hoy agradecidos y contentos despedimos el 2020 convertido en historia de salvación. Agradecemos todo lo vivido y nos disponemos a dar la bienvenida al 2021 que ya se acerca. Saludamos a todos los que con las manos extendidas forman redes de solidaridad que alegran y enriquecen. Te pedimos que el manantial de la ternura y la compasión brote sin parar dentro de cada uno.

Nos proponemos  despertar cada mañana serenos y con entusiasmo, con la acción de gracias en los labios y en el corazón, que las palabras y los hechos, pequeños o grandes, proclamen que todo es gracia. Que la oración sea encuentro, vida, sabiduría y entendimiento. «Que este año, cual levadura Evangélica, se mezcle sin miedo con la masa y haga fermentar la Iglesia y el mundo en que vivimos, para que sean realmente nuevos, humanos, plenos de ternura, justicia y dignidad. Te pedimos que la bendición del Dios que sale a nuestro encuentro sea roca, refugio, fuerza y consuelo. Que nos guarde del mal».

Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.