Espiritualidad. Lunes 11 de enero de 2021.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Una fe liberadora
La espiritualidad cristiana es inseparable de la liberación personal, política y social. La situación de Venezuela, donde a las mayorías les cuesta cada vez más sobrevivir, va contra los planes de Dios que quiere que todos tengan vida en abundancia. Los bienes y riquezas del país son para servir al bienestar de todos y nadie puede apropiarse de ellos y utilizarlos caprichosamente como si fueran suyos.
Los recursos deben ponerse al servicio del amor, para que todos lleguemos a ser personas y podamos vivir como tales, intentar reducir la fe y la espiritualidad a un asunto privado, es robarle la fuerza liberadora al Evangelio.
El empeño mayor de Jesús, al que dedicó sus energías y por el que fue asesinado, era construir el reino, un mundo fraternal que combatiera las políticas y estructuras que ocasionan sufrimiento y muerte. Como viene expresando con claridad el Papa Francisco: “la fe auténtica que nunca es cómoda e individualista, siempre implica un profundo deseo de combatir las estructuras injustas y opresivas y trabajar por una sociedad justa y fraternal”.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.