En medio de la crisis económica que afecta al país, las personas llevan años reinventándose para ganar dinero y sobrevivir. Este es el caso de Vanessa Ramírez, una madre trabajadora y luchadora que labora en el comercio informal en una esquina del centro de San Cristóbal, en el estado fronterizo de Táchira.
Ramírez trabaja todos los días vendiendo perros calientes, caramelos, cigarros y café, entre otros productos. Su horarios es de 8:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde.
En entrevista con el programa Háblame Bajito, transmitido por Radio Fe y Alegría Noticias, aseguró que para ella esto no es solo un trabajo, sino una forma de llevar el sustento diario a sus cuatro hijos, ya que es madre soltera y tiene que cubrir sus propias necesidades básicas.
Vanessa no siempre trabajó en la venta de comida. Anteriormente, era empleada doméstica, pero por años tuvo la visión de emprender por sí misma y poner un pequeño negocio, por lo cual comenzó montando un “pegadito”, donde alquilaba un teléfono para llamadas.
En el presente, todos los días, se levanta desde temprano a para preparar los perros calientes en su casa, porque resalta que la higiene es fundamental en sus alimentos. Después, se dedica a atender a sus clientes, ofreciendo según ella un servicio amable y de calidad.
“Hay que ponerle amor a lo que haces porque no es solamente servir el perro, es hacer bien tu trabajo. Es tener todo el lugar limpiecito. Así sea en la calle, tú tienes que usar guantes para manipular bien los alimentos. Para que la gente se coma el perro caliente con gusto y con un buen servicio, así como cuando se lo comen en un centro comercial”, afirmó.
Ramírez detalló que en días muy buenos puede llegar a vender entre 50 a 60 perros calientes, pero recientemente solo vende unos 12 al día. De esta forma, sus ganancias varían entre los 80.000 a los 100.000 pesos (21,33 dólares) diarios, los cuales únicamente le están sirviendo para comer.
Reveló que hay personas que colaboran con ella regalándole ropa a sus hijos y hasta comida cuando no puede vender nada.
Añadió que compra la mercancía al mayor en Colombia para poder “verle el queso a la tostada”. Igualmente, invierte casi 400.000 pesos entre materiales e insumos como vasos, guantes y platos.
Por último, Ramírez le solicitó al alcalde de San Cristóbal un sitio digno para trabajar. “Nosotros no queremos hacer ver feo a San Cristóbal, queremos progresar, salir adelante y darle bienestar a nuestra familia”, puntualizó Ramírez.
A pesar de los desafíos que enfrenta, Vanesa nunca pierde la esperanza ni la determinación de salir adelante. Ella es un ejemplo de la resiliencia y el coraje de las trabajadoras venezolanas, que luchan día a día por un futuro mejor para sus familias y el país.
Sigue todas nuestras entrevistas y la información que se produce desde las regiones uniéndote a nuestro canal de Telegram.