A través de una «nota aclaratoria» la Congregación para las Causas de los Santos lamenta que se haya hecho público, a través de los medios de comunicación en Venezuela, el resultado de la evaluación de la consulta médica que debió haber permanecido confidencial sobre el supuesto milagro del «Siervo de Dios» José Gregorio Hernández.
En la nota se advierte que con dichas publicaciones se haya generado confusión o «al menos, haciendo que los fieles malinterpreten el proceso relacionado con el estudio de los supuestos milagros en el Dicasterio».
Y agrega que «de hecho, antes de ser reconocido como un verdadero milagro, cada hecho debe pasar, además del juicio de la Consulta Médica, el examen del Congreso específico para los Consultores Teológicos y la Sesión Ordinaria de los Miembros del Dicasterio.
Solo al concluir el proceso antes mencionado, cuyos pasajes individuales nunca se dan por sentados, el caso se somete a la aprobación definitiva del Santo Padre, quien autoriza a la Congregación a promulgar el decreto sobre el milagro, haciendo públicas las noticias».
Vale recordar que a finales de la semana pasada el cardenal venezolano Baltazar Porras ofició una misa en la catedral de Caracas en acción de gracias por haberse conocido la certificación médica de la comisión que estudia esta causa.
Al igual que Porras los obispos venezolanos Tulio Ramírez (auxiliar de Caracas), Víctor Hugo Basabe (obispo de San Felipe) , Alfredo Torres Rondón (obispo de la diócesis de San Fernando de Apure) han dado sendas declaraciones a los medios de comunicación sobre esta aparente «buena noticia».
El presunto milagro del «médico de los pobres» está referido a la cura de una niña de 10 años, quien recibió un balazo en la cabeza al momento en que viaja con sus padres en una moto. Fue atendida en el hospital de San Fernando de Apure. El diagnóstico médico era que no se salvaría. Y que de lograrlo quedaba parapléjica.
Fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal Venezolana señalan esta posición de la Congregación pudiera ser mala señal para la continuidad del proceso de beatificación del médico.
