A.L.P., Psicólogo Social, Septiembre, 2020
Todo el Tercer Reich puede ser considerado un estado de excepción que duró doce años.En este sentido, el totalitarismo moderno puede definirse como el establecimiento, mediante el estado de excepción, de una guerra civil legal que permite la eliminación física no sólo de adversarios políticos, sino también de categorías enteras de ciudadanos que, por alguna razón, no pueden integrarse en el sistema político
Giorgio Agamben
Mientras preparaba unas reflexiones sobre resiliencia en tiempos de EHC hice un rodeo por el pensamiento de Agamben, en concreto, aunque no sólo, por su concepto de homo sacer.
Los hallazgos de este rodeo me parece útil compartirlos, ya que estamos en la búsqueda de poder comprender lo que ocurre en Venezuela y lo que nos ocurre como pueblo. Lo escribo de manera sugerente, como una incitación a desarrollos sucesivos para avanzar, no tanto o no sólo en búsqueda de categorías explicativas de índole histórica o sociológica o psicológica, sino también, y sobre todo, en la búsqueda de claves de interpretación y comprensión de la vida sufriente de muchos venezolanos, en situación de EHC. Situación en parte develada y en parte ocultada en estos meses de COVID19
El uso y abuso de los estados de excepción, cualquiera sea el nombre, es el juego del gato y ratón. El 7+7 posiblemente nada tiene que ver con razones sanitarias; pero, sin duda, tiene una clara potencialidad de demostrar hacia dentro y fuera del país, quién manda, quién detenta el poder en Venezuela.
El hombre ha sido definido a lo largo del tiempo, ateniéndonos a los análisis de algunos autores sobre el predominio de alguna condición humana sobre otra, como homo politicus, oeconomicus, faber, laborans, etc…
Por eso me llamó mucho la atención, el calificativo de homo sacer, cuando lo encontré por primera vez en mis lecturas, mientras trataba de poner un poco de orden en algunas ideas sobre la memoria, el olvido, la historia, el perdón y la resiliencia en tiempos de Emergencia Humanitaria Compleja, agudizada en tiempos de Covid’19.
El abordaje de estos temas obligatoriamente nos pasea por el siglo XX. El siglo que, según Christian Delacampagne, “no tendrá que hacer trampas para llevarse, dentro del palmarés de la historia, el gran premio del horror. Sería inútil buscar: ninguna época ha visto perpetrar tantos crímenes a escala planetaria. Crímenes en masa de una insondable perversión del pensamiento, una perversión que quedará simbolizada para siempre en el nombre de Auschwitz».
Es, sin duda alguna, este tiempo de insondable perversión, representada en Auschwitz, el que constituye al siglo XX, además de ganador del premio del horror, también, según Ricoeur, en el siglo de la memoria (prohibido olvidar) para que ese pasado jamás sea de nuevo ni presente ni futuro (nunca más).
Pero el siglo XX, además del siglo del holocausto y del horror inimaginable expresado en la decisión de un régimen totalitario de colocar la más avanzada tecnología del momento al servicio del exterminio total y de la destrucción masiva del diferente (judío, sobre todo) por considerarlo no humano, fue también el siglo del reconocimiento de la radical dignidad humana y de la proclamación universal de los DDHH sin distinción de raza y condición; el siglo del pasaje de la diferencia con el otro a la deferencia hacia el otro; el siglo de la ética filosófica de la alteridad, de anclaje bíblico, en razón de que sus principales pensadores fueron judíos sobrevivientes o testigos del holocausto; el siglo del descubrimiento de“el Otro” como algo absoluto, intocable, sagrado…
Y entonces fue cuando me encontré con la expresión homo sacer…; en latín, hombre sagrado. Y me dije que, tal vez, esta expresión de homo sacer, con la que Giorgio Agamben define la condición humana del hombre de los campos de concentración, pudiera ser útil para definir la condición humana sufriente de las víctimas de siempre y de todos los lugares… Y también, y de modo especial, hoy, en Venezuela, de las víctimas de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC)
No cabe duda que los últimos seis años, tiempo en que la EHC se ha consolidado en Venezuela con progresivo agravamiento de su impacto, constituyen el peor periodo de gobierno alguno de toda la historia republicana de Venezuela. Durante este tiempo, no hemos tenido sólo un mal gobierno, sino un gobierno malo…
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