El Gobierno de Venezuela inició una nueva fase de conversaciones con China en busca de apoyo para enfrentar la caída de los precios del petróleo y la llegada del coronavirus, dijeron cuatro fuentes conocedoras de la negociación.
Ya el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha guardado silencio sobre el segundo mandato de Maduro obtenido en una “cuestionada reelección” en mayo del 2018, lo que impide tramitar cualquier tipo de apoyo financiero de emergencia para atender la propagación del Coronavirus.
Situación que agrava aún más la crisis estructural del país caribeño donde el 65,9% de los encuestados valoran de forma negativa el desempeño del servicio de agua potable, según revela el informe realizado por el Observatorio Venezolano para los Servicios Públicos (OVSP), en febrero de 2020 y el promedio de desabastecimiento de insumos médicos en hospitales de Venezuela fue de 49% en salas de emergencia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) 2019.
Al conocerse los primeros casos del COVID-19 en Venezuela, Maduro divulgó en Twitter una carta en la que pedía al FMI 5.000 millones de dólares, algo descartado por el organismo. Según dos fuentes, el prestamista no estaba enterado de la petición porque no cuenta con un canal de comunicación formal con Venezuela.
El FMI no respondió de inmediato a una petición de comentarios.
Mientras se hacía dicha solicitud, el gobierno venezolano ya había comenzado las conversaciones con China, vitales para el futuro del país, de acuerdo con las fuentes. “Sin ellos quedamos en el desamparo”, apuntó una de ellas.
Otro período de gracia
La renegociación luce urgente porque el pago anual a la nación asiática bajo los acuerdos firmados en la década pasada estaría en unos 3.000 millones de dólares con los actuales precios del petróleo, señaló otra fuente. El monto representa una cuarta parte de las ventas de crudo que habría concretado el gobierno en 2019.
Una de las opciones que Maduro quiere llevar a la mesa de negociación con China es otro período de gracia para saldar la deuda con crudo, dijo una de las fuentes, sin precisar el tiempo que solicitarán. En 2016, Venezuela recibió por primera vez una prórroga en la que Pekín solo descontó el pago de intereses en los despachos de crudo durante más de un año.
China ha prestado a Venezuela unos 50.000 millones de dólares desde 2007. El total pendiente cayó por debajo de los 20.000 millones de dólares en los últimos cinco años, pero las autoridades no han informado cuánto falta por saldar.
El equipo de Maduro está interesado en seguir recibiendo insumos desde China a cambio de petróleo para sortear las dificultades de las compras en el extranjero que causan las medidas del gobierno del presidente Donald Trump, dijo otra de las fuentes.
Entre abril y diciembre de 2019, al menos 40% de las importaciones de alimentos que hicieron entidades gubernamentales en el extranjero se concretaron en China, de acuerdo con datos portuarios vistos por Reuters.
Con las cada vez más fuertes restricciones que afronta el gobierno para comprar en países cercanos, desde China llegaron cargamentos de leche, aceite, preparaciones de carne y hortalizas que son entregadas a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Desde el año pasado, Maduro acumula fondos en China, gracias a los pagos en yuanes por la venta de petróleo, que han servido para concretar compras en ese país, y con los que se ha evaluado pagar incluso a las contratistas.
La semana pasada Maduro dijo que empezó a recibir insumos médicos de China para combatir el coronavirus. Según las fuentes consultadas, los envíos -de unos 4.000 kits- forman parte de un programa de cooperación entre ambos gobiernos y no involucran pagos con crudo como resultado de las negociaciones.
Con información de Reuters.