Tiene 25 años impartiendo clases en la unidad educativa Fe y Alegría Paraguaipoa y relata, entre risas, que es muy conocido en la región como el maestro «de la cola«, ya que para llegar a la escuela se ubica en la estación policial de Sinamaica para «pedir cola» a los camiones que viene a la parroquia Guajira.
Desde hace 10 años, los maestros del municipio Guajira se han visto obligados a pedir cola, caminar siete kilómetros, hacer trabajos extras y hasta vender golosinas. Todo con el único propósito de seguir educando a más 20 mil estudiantes de la localidad.
Vladimiro Guerrero manifiesta que a pesar de recibir un sueldo que sólo le alcanza para comprar un kilo de carne, se llena de fe y esperanza de que algún día valorarán el trabajo que hacen miles de maestros en Venezuela.
La llegada de la pandemia del Coronavirus al país generó un impacto negativo en la educación de los niños de este municipio fronterizo; la aplicación de las clases virtuales es catalogada por los docentes como una práctica nula ya que en la zona no hay señal telefónica de Movilnet, mientras que Digitel y Movistar funcionan a media máquina y la falla en el servicio eléctrico es constante.
“Mi sueldo es de 6 millones de bolívares mensuales que sólo me alcanza para comprar un kilo de carne de res por punto de venta. Situación que me duele porque llevo trabajando 25 años en la docencia y lo que percibo del Ministerio de Educación es una miseria”.
En esta tierra Guajira, la docencia era una de las profesiones que más demanda tenía. Estar en un salón de clase era un privilegio para miles de maestros de la región. Pero desde hace cinco años empezó la migración de docentes al departamento de la Guajira colombiana en busca de un mejor sueldo.
Un maestro en el vecino país gana 2 millones de pesos, que al cambio generan 760 millones de bolívares, mientras que en Venezuela un profesional en la educación recibe 4 dólares al mes.
Maestro de niños y padres
Vladimiro Guerrero atiende a 40 estudiantes de cuarto grado. En la actualidad asiste a la institución tres veces a la semana y cuenta que se despierta a la 5:00 de la mañana para llegar temprano a cumplir con sus compromisos. Esta vez es con los padres y representantes que llegan a la escuela en busca de los materiales de trabajo de sus hijos.
“Exijo al gobierno un sueldo justo y digno para los maestros de Venezuela. Muchos compañeros han dejado su profesión a un lado para dedicarse a otro trabajo y sobrevivir a esta hiperinflación que nos está consumiendo en pleno siglo XXI”, pidió Guerrero.
El precio del pasaje está en 400 mil bolívares desde Sinamaica hasta Paraguaipoa, un recorrido interno que solo dura 25 minutos. Esta situación vulnera el bolsillo de los maestros viajeros y fue lo que hizo que el maestro Vladimiro tuviera la necesidad de pedir cola en medio de la pandemia de la COVID-19.
Los pocos maestros que quedan en la Guajira venezolana siguen con la frente en alto y con la firmeza de seguir enseñando a los niños de las comunidades indígenas Wayuu y Añú. En la Guajira, es latente la situación a la que se enfrentan día en sus escuelas y en sus hogares ya que la gran parte de los planteles están ubicadas en zonas lejanas y de difícil acceso.
Vladimiro Guerrero vive en la parroquia Sinamaica, donde a diario recorre kilómetros para poder llegar a la institución donde labora de corazón.
El docente por vocación manifiesta su preocupación por la decadencia de la educación en este municipio fronterizo, porque iniciando el 2021 varios maestros colocaron sus cartas de renuncia por las crisis económica y el sueldo que reciben por el Ministerio de Educación.
Hoy en día, de 20 maestros con los que contaba una institución educativa de la parroquia Guajira, sólo quedan cinco. La situación en la Alta Guajira es peor porque nada más asiste el director. Los padres y representantes aseguraron que la educación de sus hijos está en crisis.
Este 15 de enero se celebra el día del Maestro en Venezuela, pero los docentes del municipio Guajira aseguraron a Radio Fe y Alegría Noticias que no tienen nada que celebrar sino exigir al gobierno de Nicolás Maduro un sueldo digno para vivir.