Desde hace 20 años el día a día de Margy Hurtado transcurre en las aulas de clase. El compromiso de la maestra con sus estudiantes de media general, a quienes les imparte la asignatura Lengua y Literatura en una escuela al norte de Valencia, la hace sobreponerse a las adversidades y dar lo mejor de sí en beneficio del crecimiento de sus alumnos.
Resaltó que su experiencia en la docencia ha sido un constante proceso de aprendizaje desde su primer día en el aula. Recordó que sus primeros años de graduada fueron un tanto complejos porque tuvo que adaptarse a diversas personalidades y necesidades de los estudiantes.
Sin embargo, a pesar de las dificultades iniciales y su percepción de ser una persona “seca, logró ganarse el cariño y la confianza de sus alumnos, aprendiendo a hacer sus clases “más dinámicas”, premisa que mantiene hasta la actualidad.
Nunca deja de aprender
“Desde el primer día que toqué un aula, que puse el pie dentro del aula, hasta hoy, te puedo decir que es un transcurrir de aprendizaje, o sea, nunca dejo de aprender, nunca, nunca dejo de aprender (…) Sigue siendo un reto para mí ejercer mi carrera, porque me lleva a seguir siendo dinámica, a seguir buscándole la vuelta, a seguir tratando de que al chamo le guste, de que se entusiasme y diga: ‘viene la clase de castellano, viene la profe que nos pone a jugar, que nos enseña con figuritas, que nos enseña con juegos, que nos enseña con concursos de deletreo, que nos enseña a trabajar con los márgenes imaginarios’”, afirmó la licenciada en educación.
Comentó que cada año escolar representa un nuevo reto, pues implica relacionarse con estudiantes distintos y entornos cambiantes, por lo que la empatía es fundamental.
“Cada año hay un grupo distinto, cada año es una personalidad distinta. El hecho de conocer tantos chamos, de adentrarte en los corazones de esos muchachos, que muchas veces tú dices: ‘wow, este muchachito no lo soporto’, pero que cuando tú tocas esa fibra de ese muchachito que no soportas, te das cuenta que, Dios mío, aquí está el porqué de eso que no soportas, aquí está la fibra, aquí está la debilidad de este niño. Ha sido fuerte, pero aquí vamos”, mencionó la docente.
Siempre es maestra en todo momento
Hurtado relató que al salir de la escuela, aunque se termina la clase, no se acaba su rol como docente puesto que siempre está dispuesta a brindar una mano amiga a sus estudiantes. “No sé cómo lo hago porque no soy esa persona afectiva, pero tengo ese don con los muchachos. Incluso, después de 10-12 años de graduados, soy madrina de los hijos de mis estudiantes, tengo exalumnos que le pusieron el nombre de mi hijo a los suyos en agradecimiento a mí”, dijo.
Afirmó que esos gestos la llenan de motivación para continuar enseñando y no dejar a los estudiantes «en el limbo”, a pesar de que los docentes en Venezuela no estén siendo bien remunerados.
Apuntó que para conseguir ingresos extras, tiene un emprendimiento de repostería. “Lo llevo poco a poco, no es el boom, pero sí me ha llevado a sobrellevar muchísimas cargas que con el empleo del Ministerio de Educación no lo puedo hacer”, aseveró.
Un llamado a continuar en las aulas
Ante esto, en el marco del Día del Educador en Venezuela este 15 de enero, Hurtado hizo un llamado a sus colegas que continúan en los salones de clases a seguir enseñando con pasión y excelencia por el futuro de los estudiantes. “Si estás allí porque te gusta tu profesión, porque estás pensando en tus años de servicio, piensa que tienes que dar el todo por el todo cuando coloques el pie en esa aula de clase, tú no estás ahí por un gobierno o por un director maltratador, tú estás allí por 30 chamos que están esperando que tú le des su clase y que cuando ellos salgan de allí digan: sí aprendí”, subrayó la docente.
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