Antonio Méndez, un indígena de la etnia Warao, relató haber remado por dos días consecutivos y, tras saltar a tierra en el puerto de Volcán, tuvo que caminar 8 horas para llegar a Paloma, un sector más cercano al centro de Tucupita.
Bajo el radiante sol, el señor Méndez caminó con su equipaje desde las 6 de la mañana hasta las 1 de la tarde desde Volcán hasta Paloma, porque no logró conseguir transporte y nadie le ofreció un aventón.
“Sin comer, solo tomaba agua, descansaba un ratico y seguía para llegar a casa, pasé dos días jalando canalete (remando) y 8 horas caminando”, dijo el señor Méndez.
El transporte público y privado fue suspendido la tarde del pasado jueves por la gobernadora del estado Delta Amacuro, Lizeta Hernández, por prevención del coronavirus y la “variante brasilera”.
Desde el año 2019 cientos de personas viajan en canoas y a remos desde la selva deltaica hasta Tucupita, debido a la falta de combustible y los costos dolarizados de los repuestos para los motores fuera de borda.