Waraos de Delta Amacuro sometidos a la intemperie por falta de gasolina

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Así viajan familias anteras desde la selva hasta Tucupita. Foto: Diógenes Colina.

Aunque largos viajes que superan hasta los cinco días continuos de navegación comenzaron nuevamente con la profundización de la crisis de la gasolina en Venezuela, a mediados de julio de 2021, los viajes en canoas solo representan una ínfima parte de la realidad aborigen que vive en medio de la selva.

Justamente, hasta los lugares donde hasta hace algunos años llegaba la gasolina desde Tucupita, la capital del estado Delta Amacuro, ahora no hay forma de adquirir la gasolina.

La inexistencia de un real plan del gobierno nacional, ni sus distintos intentos fallidos de expender gasolina a todos usuarios en las ciudades y la crisis que sigue generando las refinerías en Venezuela, siguen aislando a los originarios de Delta Amacuro.

El costo de la gasolina, las limitaciones extraordinarias, el costo de los lubricantes y la incapacidad económica del trabador común alejan la más mínima posibilidad de volver a navegar  con el uso del motor fuera de borda.

Ante esta realidad, los waraos de Delta Amacuro se ven obligados a navegar durante varios días bajo el sol o la lluvia, y el ataque de zancudos por la noche.

Varios de los viajeros también han sido víctimas del ataque por parte de personas que se dedican a delinquir en las orillas de los interminables caños y ríos de Delta Amacuro.

Los niños lloran porque el ataque de los zancudos es tal que desespera hasta el más adulto, según el testimonio de varios waraos que han viajado hasta Tucupita.

Los movimientos limitados, la exposición al sol, y el esfuerzo físico terminan por provocar varias consecuencias en la salud del viajero, que ya no estaba habituado a este tipo de esfuerzo.

El dolor de cabeza, la fiebre, dolor de cintura, y días para poder recuperar el sueño, es parte de las consecuencias de pasar varias noches en velo.

En algunos casos, el ataque de los zancudos provoca infecciones en la piel que sumados a las quemaduras por los rayos del sol han complicado la salud, y las personas adultas son lo que más sufren, en algunos casos, no pueden viajar y realizar actividades diarias hasta por tres meses.

La sensibilidad de la piel es tal que los rayos del sol son extremadamente calientes para quien haya sufrido quemaduras leves en la piel y picadas de los zancudos.