«Yo como gracias a mi papá que siembra. Estoy decidida a irme»

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«Yo pienso irme porque aquí en Venezuela no hay un futuro para nuestros hijos, porque lo poco que ganamos no nos alcanza ni siquiera para comer».

El recrudecimiento de la crisis en Venezuela sigue agravando el tema migratorio. Cada vez hay más personas decididas a marcharse conforme, a diario, «la cosa se pone fea». Uno de esos casos es Yusmari. Ella tiene 34 años de edad y pronto se irá a Guyana en busca de mejores condiciones de vida.

Yusmari vive junto a sus tres hijas en la comunidad de El Zamuro del municipio Tucupita y asegura que sus hijas no pueden tener un futuro productivo en la Venezuela actual; ella ni siquiera tiene recursos para comprarles uniformes escolares. De hecho, en ocasiones las ha tenido que enviar al colegio sin desayunar.

Esta mujer de 34 años trabaja en la alcaldía del municipio Tucupita, pero con el bajo salario que obtiene prefiere intentarlo en otro país. Una de sus hijas se graduó de bachiller en julio del 2019 y, tan pronto pudo, se marchó a Guyana con tan sólo 17 años.

«Tengo cuatros hijas: una vive con su pareja, la otra de 17 años se fue a Guyana y me dice que le va bien, y las otras dos estudian tercer año y 6to grado”, dijo Yusmari.

La crisis venezolana sigue causando que los deltanos -al igual que millones de venezolanos- migren a otros países, aunque éstos lo hacen principalmente a Guyana, Brasil o Trinidad y Tobago.

«Aquí no podemos vivir, estamos mal. Con el sueldo no podemos comer. Yo como algo gracias a mi papá que siembra en su terreno, yo estoy decidida a irme de aquí», sentenció.