El horror de los migrantes en Bajo Chiquito

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Bajo Chiquito - migrantes cruzan la selva del Darién
Foto: Corprensa | Agustín Herrera C.

El director de Chamos Noticias Panamá, Roberto Bermúdez, conversó con Radio Fe y Alegría Noticias sobre la realidad que se vive en el Darién, específicamente en el caserío Bajo Chiquito, un lugar dentro de la selva que ha sido descrito como aterrador por quienes han pasado por allí.

“Allí llegan los peores testimonios que puedas escuchar: nos violaron, nos robaron, venía con tal persona y lo mataron, se ahogaron”, dijo Bermúdez. 

Bajo Chiquito es perteneciente a una comunidad indígena y, por su condición en el lugar en el que se encuentra (un poco más allá de la mitad de la selva), no pueden ingresar funcionarios de protección.

Hasta ahora, a pocos metros del lugar solo se encuentra una brigada con seis funcionarios ofreciendo ayuda: un profesional de la salud, dos miembros de Migración Panamá y dos personas del Servicio Nacional de Frontera.

“Es un lugar muy oscuro donde las historias son las más aterradoras que te puedas imaginar”, expresó.

Tanto es el horror, que Bermúdez comentó que conversó con el médico de la zona quien dijo que a diario recibe, aproximadamente, unas 50 personas violadas entre mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes. 

“Todo se paga a costilla de los migrantes”

Bermúdez visitó la zona y recorrió la travesía migratoria en vehículos, lancha y hasta caminó para lograr adentrarse a esos lugares a donde llegan los migrantes a descansar, solo por un momento mientras toman fuerzas y continúan su recorrido. No se quedan mucho rato porque es un lugar sumamente costoso.

El ingreso económico puede llegar a superar los 200.000 dólares por día, según Bermúdez, porque el flujo de migrantes que pasa por el lugar es muy elevado y por todo se tiene que pagar. 

Pasar la noche en Bajo Chiquito, por persona, cuesta 10 dólares americanos; tener acceso a una red wifi por dos minutos cuesta 5 dólares; y un plato de comida de muy baja calidad tiene un costo de 10 dólares.

Para Bermúdez, esta es la mejor forma para hacer dinero con la necesidad de los migrantes.

“Pudimos visualizar un drama de tristeza, dolor y todo lo que te pueda pasar por la mente de sufrimiento, en este centro de recepción. Bajo Chiquito es la población más rica de Panamá, pero la más oscura porque se aprovechan de la situación de los migrantes. Ahí se facturan doscientos mil dólares a diario. Todo se paga a costilla de los migrantes”, narró.

Todos los días mil migrantes pasan por Bajo Chiquito

Según datos recogidos por Chamos Noticias Panamá, cada día llegan a Bajo Chiquito a pernoctar entre 1.000 y 1.200 migrantes. Tan solo en marzo, más de 28 mil personas pasaron por esta zona para salir de la selva del Darién, la mayoría venezolanos y haitianos.

Bermúdez detalló que, en comparación a los primeros meses del año, la cifra de venezolanos cruzando el Darién se elevó de forma alarmante.

Las mujeres son las que más cruzan el Darién

Bermúdez informó que según los datos que recogieron, hay más mujeres que hombres cruzando la selva del Darién este año y la mayoría va acompañada de niños y niñas.

Expresó con preocupación que el 20 % de los que cruzan son niños. “Ya casi 12.000 niños (de distintas nacionalidades) han cruzado la selva del Darién en lo que va de año”, dijo. 

Agregó que han visto mujeres adentrando a la selva con bebés de apenas dos meses de nacidos.

Además, dijo que en este lugar hay una serie de enfermedades bastante graves a las que se exponen las personas y los más jóvenes. En estos días, por efecto del agua insalubre que consumen del único río cerca de Bajo Chiquito, las personas están presentando cuadros de diarrea bastante severos.

“Ni se les pase por la mente cruza este infierno”

Bermúdez resumió lo que vio en Bajo Chiquito como un lugar donde “se paga con todo” y donde se lucra con la necesidad de las personas migrantes.

Lamenta que falte mucho trabajo para que los gobiernos pongan un fin a esta ruta “que nadie debería transitar”.

“Los que están cruzando le pedimos a Dios que así como entran, puedan salir. A los que lo están pensando o tienen en pie en eso, yo les digo con toda honestidad que por favor no arriesguen su vida y no metan a niños a la selva. Ni se les pase por la mente cruzar este infierno”, enfatizó.

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