A las 6:07 de la tarde, hora de Roma, de este jueves 8 de mayo, el humo blanco que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina y el repique de las campanas de la basílica de San Pedro indicaron al mundo el inicio de una nueva etapa para la Iglesia católica. Poco más de una hora después, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti apareció en el balcón principal de San Pedro y, con la fórmula tradicional en latín: “Nuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam”, anunció al nuevo papa.

El elegido fue Robert Francis Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV. Nacido en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955, se convirtió a sus 69 años en el 267º papa de la Iglesia católica, así como en jefe de Estado y noveno soberano de la Ciudad del Vaticano.

Es el primer pontífice con doble nacionalidad, estadounidense y peruana, así como el primer papa perteneciente a la orden de San Agustín. 

Su elección se dio tras cuatro rondas de votación, tres de ellas celebradas este jueves y una el miércoles, cuando inició el cónclave en el que participaron 133 cardenales, de los cuales 53 eran de Europa, 37 de América, 23 de Asia, 18 de África y cuatro de Oceanía. 

De esta manera, se mantiene la tendencia de casi medio siglo sin un papa italiano, una línea que comenzó en 1978 con la elección del polaco Karol Józef Wojtyła (Juan Pablo II), el primer pontífice no italiano en más de 400 años.

Al borde de las lágrimas, León XIV pronunció su primer discurso como papa en el que hizo un llamado a la paz y a una Iglesia que abra sus puertas a todos, especialmente a quienes sufren.

Igualmente, expresó su gratitud hacia su antecesor, el papa argentino Francisco. A diferencia de sus predecesores, optó por un discurso escrito, en el que también pronunció unas palabras en español para recordar a su “querida” diócesis de Chiclayo, en Perú.

“Y si me permiten también una palabra, un saludo… a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú”, proclamó ante una multitud de fieles. 

Familia multicultural

El nuevo sumo pontífice proviene de una familia con raíces diversas. Su padre, Louis Marius Prevost, graduado del Central YMCA College en 1943, trabajó como administrador en varios centros educativos, además de catequista y sus padres emigraron de Francia a Estados Unidos. 

Su madre, Mildred Agnes Martínez, obtuvo su título en bibliotecología y ciencias de la información en la Universidad DePaul en 1947. Su padre, Joseph Martínez Ramos, había emigrado desde República Dominicana, mientras que su madre, Louise Baquié, era una criolla de Luisiana, descendiente de franceses, africanos y españoles del siglo XIX.

Robert Prevost creció junto a sus dos hermanos: Louis, veterano militar radicado actualmente en Florida, y John, exdirector de una escuela católica, hoy jubilado. Su madre falleció el 18 de junio de 1990 y su padre el 8 de noviembre de 1997.

Formación 

Prevost arrancó su formación en el Seminario Menor de los Padres Agustinos y más adelante continuó sus estudios en la Universidad de Villanova, Pensilvania, donde obtuvo una licenciatura en Matemáticas y cursó estudios de Filosofía en 1977. 

Ese mismo año, el 1 de septiembre, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín en St. Louis, en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo de Chicago. Profesó por primera vez el 2 de septiembre de 1978 y emitió sus votos solemnes el 29 de agosto de 1981.

Prosiguió su formación teológica en la Catholic Theological Union de Chicago, donde se licenció en Teología. A los 27 años fue enviado a Roma para especializarse en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum). 

Fue ordenado sacerdote el 19 de junio de 1982 en el Colegio Agustiniano de Santa Mónica, por monseñor Jean Jadot. Al obtener su licenciatura en Derecho Canónico en 1984, en 1985 se dirigió a la misión agustiniana de Chulucanas, Piura, Perú, mientras preparaba su tesis doctoral, que defendió en 1987.

Misión y labor formativa en América Latina

Para 1987 fue nombrado Director de Vocaciones y Director de Misiones de la Provincia Agustiniana “Madre del Buen Consejo” en Illinois. En 1988 se trasladó a Trujillo, Perú, donde dirigió el proyecto de formación común para los aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. 

A lo largo de más de una década, asumió diversos cargos como prior de comunidad, director de formación, profesor de profesos y vicario judicial de la arquidiócesis de Trujillo. 

Impartió clases de Derecho Canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo”, y ejerció labores pastorales en parroquias de zonas empobrecidas de Trujillo.

En 1999 fue elegido Prior Provincial de su provincia agustiniana en Chicago, dos años y medio después, Prior General de la Orden de San Agustín, cargo para el que fue reelegido en 2007. 

Regresó en 2013 a Chicago, donde asumió responsabilidades como director de Formación, primer consejero y vicario provincial.

Episcopado en Perú

El 3 de noviembre de 2014, el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo y obispo titular de Sufar. Entró en la diócesis el 7 de noviembre y fue ordenado obispo el 12 de diciembre de ese año. 

Posteriormente, el 26 de septiembre de 2015, fue nombrado obispo de Chiclayo. Dentro de la Conferencia Episcopal Peruana, fue elegido vicepresidente segundo en 2018 y presidió la Comisión de Cultura y Educación.

El papa Francisco lo incorporó a la Congregación para el Clero en 2019 y a la Congregación para los Obispos en 2020. Ese mismo año, el 15 de abril, lo designó administrador apostólico de la diócesis peruana de Callao. 

Llamado a Roma

El 30 de enero de 2023, fue llamado a Roma como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, recibiendo el título de arzobispo. 

El 30 de septiembre del mismo año, pasó a ser cardenal y recibió el diaconado de Santa Mónica, que tomó posesión el 28 de enero de 2024.

Desde entonces acompañó al papa Francisco en varios viajes apostólicos y participó activamente en las sesiones de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, celebradas en 2023 y 2024. 

Mientras tanto, el 4 de octubre de 2023, Francisco lo cuenta entre los miembros de los Dicasterios para la Evangelización, Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares; para la Doctrina de la Fe; para las Iglesias Orientales; para el Clero; para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; para la Cultura y la Educación; para los Textos Legislativos; de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano.

Finalmente, el 6 de febrero de 2025, fue promovido al orden de los obispos y recibió el título de la Iglesia Suburbicaria de Albano.

Habla seis idiomas: inglés, español, italiano, francés, portugués y quechua. Puede leer textos en latín y alemán.

Aficiones

En una entrevista concedida a la orden de los Agustinos poco después de ser nombrado cardenal, se definió como “un tenista bastante amateur”. “Desde que salí de Perú, he tenido pocas oportunidades para practicar, así que estoy deseando volver a la cancha”, expresó. 

Disfruta leer, caminar y viajar a destinos “nuevos y diversos”. Según su hermano John, es fanático de los Chicago White Sox de las Grandes Ligas de Béisbol de Estados Unidos y medios apuntan que al Club Alianza Lima del fútbol peruano.

Posturas y visión 

León XIV fue en los últimos años un estrecho colaborador de Francisco, lo que le permitió entrar discretamente en la lista de posibles candidatos “papables” antes de celebrarse el cónclave, considerado un “outsider” entre figuras de mayor perfil.

Su carácter moderado lo posicionó como un puente entre las corrientes conservadoras y reformadoras de la Iglesia que, sumado a su amplio conocimiento de América Latina, le valió el respaldo tanto de cardenales del sur como del norte del continente, muchos de ellos críticos con algunas posturas de Francisco.

En el ámbito doctrinal, Prevost manifestó anteriormente su oposición a la ordenación de mujeres al diaconado, advirtiendo que “no necesariamente resuelve un problema” y podría generar nuevas dificultades. 

A su vez, está en contra de la eutanasia, el aborto y la pena de muerte. Durante su ministerio en Perú, apoyó activamente a los refugiados venezolanos y defendió sus derechos. 

A través de su cuenta en la red social X, criticó las políticas antimigratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del vicepresidente J. D. Vance, así como la reunión de Trump con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para encarcelar a los migrantes deportados, a quienes se les acusa de pertenecer a bandas criminales como el Tren de Aragua, en prisiones salvadoreñas.

Prevost también ha abogado por un mayor compromiso de la Iglesia frente al cambio climático. En un seminario celebrado en noviembre de 2024, afirmó que el “dominio sobre la naturaleza” no debería ser “tiránico” y exhortó a una acción más decidida en la protección del medioambiente.

Sobre la lucha contra los abusos sexuales dentro de la Iglesia, Prevost fue claro durante su etapa como obispo de Chiclayo, Perú. En una entrevista con La República en 2019, rechazó el encubrimiento y el secreto. “Eso hace mucho daño”, aseveró. 

Subrayó que la Iglesia no puede guardar silencio ante el sufrimiento de las víctimas y animó a denunciar cualquier acto indebido. “Si hubo alguna ofensa, si sufrió o es víctima del mal actuar de un sacerdote, que venga y me lo denuncie, para actuar por el bien de la Iglesia, de la persona y de la comunidad”, exhortó.

Su perfil ha sido descrito en abril de 2025 por el diario italiano La Repubblica como “cosmopolita” y “apreciado por conservadores y progresistas” dentro de la Iglesia.

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