El empresario venezolano y productor de experiencias culinarias, Álvaro Pérez Miranda, emprendió desde hace más de un año una labor filantrópica a la par de sus responsabilidades con el mundo de la gastronomía japonesa.
En junio de 2024 llevó a cabo la gira Venezolanos que sueñan a diferentes instituciones educativas, entre esas, Fe y Alegría Venezuela, y compartió con los estudiantes del colegio Eugenio Andrés Mendoza su experiencia de vida, pero sobre todo, de superación, tras recorrer un camino de obstáculos y logros que lo llevaron a ser el venezolano exitoso que actualmente es.
Pérez Miranda, creador de cuatro restaurantes de comida japonesa en Miami: Wabi Sabi, Hiyakawa, Midorie y Ogawa (éste último se alzó con la estrella Michelin durante dos años consecutivos en 2024 y 2025), también es escritor. Hace dos años escribió su historia en el libro Mi camino a Japón, cuyas regalías decidió donar en su totalidad a Fe y Alegría Venezuela, específicamente al programa Beca a un Estudiante.
Sin embargo, no todo quedó ahí. En su afán de seguir apoyando a este movimiento educativo que en marzo cumplió 70 años, se le ocurrió adicional a las regalías por los libros, ir un poco más allá: conocer la necesidad de algún colegio y ayudar.
Los daños en el techo obligaron a la inhabilitación de cinco aulas de clase
Es así como Álvaro Pérez Miranda -a través de su editora y coordinadora de proyectos sociales-, la periodista y escritora venezolana María Elena Lavaud, conoció la urgencia que atravesaba el colegio San Judas Tadeo, en la parroquia El Valle, Caracas. Este centro educativo estuvo desde el año 2023 con severos daños en su techo que obligó la inhabilitación de cinco aulas de clase del tercer piso y con ello, la reubicación de los estudiantes en otros salones.
Lo que parecía imposible, resultó posible en menos de un mes. El empresario Pérez Miranda no solo donó la cantidad que requería el colegio para la reparación del techo en su totalidad, sino que en un viaje a Venezuela a principios de junio, tuvo la oportunidad de conocer la escuela el martes 3 y hacer un recorrido por sus espacios.
Ese día el director de la institución, el profesor Víctor Querales, comentó en un acto de recibimiento a Pérez Miranda y compañía (entre ellos, su hijo Tomás, un joven japonés quien se robó el corazón del personal del colegio) que Fe y Alegría está de fiesta. Además, no solo agradeció la presencia del donante sino también a todas las personas que “se animaron a acompañarnos en este momento tan importante para nosotros”.
“Una persona muy importante, un ser maravilloso de quien ya tuve la oportunidad de comenzar a leer su libro de tantas anécdotas, denotan un sentido de superación. ¡Bienvenido, señor Álvaro Pérez Miranda!”, expresó Querales con emoción y gratitud.
Comenzaron a trabajar en el proyecto
El director agregó durante una visita del director nacional de Fe y Alegría Venezuela, José Gregorio Terán, no tenían listo el proyecto del techo y la orden de inmediata era que debían hacerlo. “Comenzamos a trabajar, dimos pasitos y luego las cosas confabularon para que se diera”.
Seguidamente, la directora de la zona Caracas-Vargas, Annunziata Maiese, expresó: “no queda más que darle las gracias al Señor por este momento. Gracias a nuestro aliado, Álvaro, de quien presencié cómo conversa con los estudiantes, cómo les manifiesta que luchen por sus sueños. Eso es algo maravilloso y le pido a Dios que lo bendiga por siempre”.
Querales tomó nuevamente el micrófono y comentó que empezaron a buscar el financiamiento que les permitiera la rehabilitación del techo. “Se hizo un primer avance de cien metros cuadrados con lo que teníamos aquí, pero resultó insuficiente. ¡Gracias a Dios ya se hizo realidad!”, expresó e invitó a Pérez Miranda al podio.
“Los venezolanos somos personas increíbles”
El empresario venezolano, visiblemente abrumado, expresó que se enteró del proyecto por Román (Lozinski) por cosas del destino. “Vengo de donde vienen ustedes. Me fui a los 18 años de Venezuela pensando que en mi país no iba a tener las oportunidades”.
Ante esto, comentó que decidió escribir su historia en un libro para poder reconciliarse consigo mismo y con Venezuela. “Cuando vi que ustedes son mi gente, sentí algo muy fuerte y lo más importante que puedo dar es mi conocimiento”, dijo con emoción.
A su juicio, “los venezolanos somos personas súper increíbles, de puro corazón” y comentó que eso le abrió muchas puertas con la combinación de “hacer todo con excelencia”, comentó Pérez Miranda quien además de dominar cuatro idiomas, tiene como principios: la hospitalidad, la atención al detalle y la delicadeza, los cuales aprendió durante los 15 años que vivió en Japón.
“Estoy súper agradecido de poder contribuir con esto y la educación. ¡Muchas gracias!”, expresó.
“Estamos en el lugar correcto. Venezuela es maravillosa no solo por su naturaleza sino por su gente emprendedora, luchadora. Quienes nos quedamos trabajando e intentando levantar a este país reunimos experiencias que se convierten en aprendizajes. Tenemos un personal valioso y una tremenda misión que se renueva año tras año”, añadió el director Querales.
Los aplausos no se hicieron esperar y, un grupo de danza le ofreció un acto cultural a Álvaro Pérez Miranda, quien posteriormente conoció las instalaciones del colegio y el objetivo de la visita: el techo. Durante el recorrido por la escuela, también le puso el ojo a los salones del tercer piso.
Un aula para el área de robótica
Por su parte, la subdirectora del colegio Jessica Peralta, comentó que la recuperación del techo no solo permitirá la reinscripción de al menos 150 niños en el próximo año escolar 2025-2026, sino que también podrían retomar el área de robótica para los estudiantes de primaria, mientras que para los de preescolar buscarán la manera de tener un aula donde “los niños puedan trabajar la psicomotricidad fina y gruesa”, aseguró entre sonrisas la docente que tiene su ombligo en Fe y Alegría, pues se inició en el colegio Las Mayas.
Para finalizar, las labores de reparación total del techo iniciaron el jueves 5 de junio y culminaron el martes 17 de este mes.
Antes de la reparación:
Después de la reparación:
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