Los altibajos de Doroteo

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Referencial

Las personas baja talla son aquellas que por diversos motivos de salud crecen hasta 1 metro 30 centímetros. Es una discapacidad física.

Existen más de 200 tipos de displasias y alteraciones que la producen. Algunos seres humanos que la tienen pueden desarrollar otra condición visual, auditiva e incluso pueden necesitar muletas o sillas de ruedas para movilizarse.

El artículo 6 de la Ley para personas con discapacidad los reconoce como personas con discapacidad.

Doroteo fue a hacer sus compras de alimentos en uno de los abastos del pueblo.

Se encontró que por las medidas del “distanciamiento social” solo estaban despachando por una ventanilla que parece una taquilla del banco ubicada a un metro y medio de alto.

Él es una persona baja talla (mide 1 metro 18 centímetros). Por la diferencia de altura le pidió al señor del comercio que por favor abriera la puerta para él poder hacer su operación.Pero esta petición fue rechazada de plano por el vendedor.

Doroteo pidió sus provisiones. A la hora de pagar le tocó entregar la tarjeta, clave y cédula a una señora que estaba en la cola luego de varios “intentos fallidos de transacción”.

Finalmente, el comerciante le anunció que «pasó» (en los últimos tiempos en Venezuela es muy común que los puntos de venta se pongan lentos o se caigan por la inestabilidad de la conectividad). Le retornaron sus pertenencias y su compra. Guardó en su bolsillo su documento y se fue a casa.

La siguiente semana fue a la farmacia a comprar sus medicinas. De nuevo la venta por taquilla. Esta vez se encontró con un amigo quien le ayudó pidiéndole al farmaceuta los medicamentos.

Al intentar pagar se encontró que le habían cambiado la tarjeta del banco. Intentaron con una transferencia pero ya no tenía dinero en la cuenta. Ya todo había sido gastado sin él saberlo.

Estos sucesos ocurren en múltiples rincones del país donde estamos las personas con discapacidad. Las medidas no se diseñan pensando en todo el colectivo de ciudadanos.

El antropólogo Ricardo Guerrero, Presidente de la Fundación Pequeño Gran Mundo (organización que agrupa personas Baja talla en todo el país) explica:

“Para nosotros es muy complicado ir a comprar. Uno no sabe, por ejemplo, qué pueden hacer con la tarjeta y clave. La ventana es más alta que yo, los servicios del gas están muy deficientes y toca ir con una carretilla a esperarlo en ciertos lugares. ¿Cómo una persona Baja talla puede trasladar una bombona? Es muy peligroso. Igual con las fallas continuas del agua. Hay que cargarla por largos trayectos ¿Cómo podemos buscar pimpinas de agua?”.

Agrega que “por la falta de transporte nos toca caminar y por nuestra condición de salud eso nos hace daño. Las distancias son muy grandes. Algunos oficiales militares y policiales desconocen nuestro Derecho establecido en el Artículo 81 de la Constitución Bolivariana que garantiza la equiparación de oportunidades. Para estos funcionarios no tenemos discapacidad, (aunque el Artículo 6 de la Ley para personas con discapacidad reconoce la Baja talla como una). Incluso, hasta me han pedido el carnet para ver si dice “Discapacidad grave”. Me mandan a hacer las colas en los comercios; todo por la falta de información”.

¿Y qué pasó con los artículos 19, 55, 337, 339 de la constitución nacional y el 55 de la Ley para personas con discapacidad?

Que establecen la garantía del goce pleno de los Derechos para todos los ciudadanos. Que los oficiales de seguridad están en la obligación de proteger a todo ser humano que así lo requiera.

También que los Derechos Humanos se mantienen vigentes aún en Estado de Excepción. Que todos los órganos del Estado deben seguir funcionando en los estados de excepción.

Que el Consejo Nacional para las personas con discapacidad debe promover las políticas públicas incluyentes. Todo queda en papel, pues la deuda sigue vigente.

@MOISESFQUINTERO