El gobierno de Venezuela mantiene al país bajo constantes cambios relacionados con el confinamiento. Asegura se debe a una medida para frenar la propagación de la COVID-19 en el país.
No obstante, algunas personas en Tucupita cuestionan esta iniciativa porque podría desencadenar cuadros depresivos a un año de las restricciones en un país que de por sí ya arrastra una crisis económica.
Los venezolanos han estado bajo un encierro social desde marzo del 2020 y lo que va del año 2021, debido a la pandemia del Coronavirus y ahora con la variante brasileña.
Un ciudadano abordado manifestó que más encierro colectivo se traduciría en posibles cuadros depresivos y de ansiedad u otros problemas mentales, debido a las consecuencias de no poder adquirir la comida del día a día, en medio de la suspensión del transporte público.
“La gente está llegando al borde de la locura, todo por una serie de restricciones que nos han impuesto, para nadie es un secreto”, afirmó.
Otro señor aseguró que, mientras haya más encierro social, se podrían desencadenar enfermedades mentales, porque actualmente las personas “piensan más en comida que en otra cosa”.
En su opinión, “lo que podría ocasionar son trastornos mentales, yo veo eso así para mí, no sé para otros”.
