La Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER) lleva a cabo su asamblea anual en Quito, Ecuador. Participan 17 países de Latinoamérica, donde se proponen establecer retos para los próximos 50 años.
Sandra López, coordinadora del Grupo de Apoyo al Movimiento de Mujeres en Ecuador, fue una de las ponentes de la temática que se refiere a las nuevas narrativas en los medios de comunicación y cómo inciden en las libertades entre hombres y mujeres.
López explica que las narrativas que los medios de comunicación comparten forman parte de estereotipos que replican inconscientemente, pero que amplifican a través de sus coberturas.
“No es por maldad, es que los medios de comunicación forman parte de las sociedades y estos repiten lo aprendido entre las sociedades desde chiquitos”, apuntó la activista.
Así, explica López, surgen narrativas que afectan las igualdades; como por ejemplo, cuando ocurre un fenómeno natural, los noticieros abordan a hombres para conocer sobre geológicos o técnicos, mientras que a las mujeres las presentan desde la sumisión y la debilidad. “¿Cómo logró salir de su casa, cómo cuidarás a tus hijos, cómo harás con los servicios del hogar?”.
Insiste en que los medios de comunicación recuperan la narrativa de los estereotipos grabados, donde muestran al hombre fuerte y a la mujer débil.
En este sentido, reveló que esta realidad ha conllevado a consecuencias que inciden en el ejercicio de derechos, en los índices de violencia contra la mujer, en las condiciones de acceso a los mercados laborales y oportunidades educativas.
La promotora de los derechos de la mujer considera que los medios tienen el reto de cambiar estereotipos, donde se muestre a hombres y mujeres como personas plenas capaces de hablar de cualquier tema “con mucha solvencia”.
Añadir una narrativa que promueva la libertad de pensamiento e igualdad. De esta manera, se estaría generando una nueva sociedad capaz de cambiar sus propias realidades.
