La crisis en las Grandes Ligas continúa sin señales de llegar a acuerdos. Ante este crítica situación persistente las consecuencias ya empiezan a notarse en el campo y en el calendario.
Rob Manfred informó en rueda de prensa que se han cancelado las dos primeras series del día inaugural porque no hubo acuerdos entre el sindicato de jugadores y la organización de la MLB. Después de esta cancelación ya es oficial el retraso en el inicio de la temporada tal como se preveía.
«Trabajamos duro para evitar un resultado que sea malo para nuestros fanáticos, malo para nuestros jugadores y malo para nuestros clubes”, dijo Manfred, según reseñan medios deportivos internacionales.
Lo peor de este anuncio es que los juegos suspendidos no serán reprogramados, lo que implica que los pagos al personal técnico y jugadores también fueron cancelados, por tanto, ninguna de las partes involucradas devengarán sus salarios.
En el caso del criollo Miguel Cabrera, por ejemplo, se perderá de los primeros siete encuentros con los Tigres de Detroit.
El comisionado de las Grandes Ligas indicó que el jueves 3 de marzo sindicato y organización volverán a reunirse para buscar acuerdos.
Declaración de la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas: pic.twitter.com/saH69kgMJr
— MLBPA en español (@PELOTEROS_MLB) March 1, 2022
La piedra de tranca
De acuerdo con diversas páginas web de deportes, hay varios asuntos pendientes, pero uno de los asuntos se convirtió en la «piedra de tranca».
Se trata del Impuesto al Equilibrio Competitivo. Trascendió que la MLB propone subir este impuesto de 220 millones de dólares a 230 millones de dólares para el año 2026. Sobre este tema, los jugadores ya habrían manifestado su rechazo porque sería «insuficiente para tener mejor competitividad a lo largo de la temporada».
Sobre el salario mínimo, el Sindicato de Peloteros pidió 725 mil dólares y un fondo de bonificación de 85 millones, agregándole cinco más cada año.
Este paro obligado se convierte así en el tercero más largo de la historia de MLB con 90 días de duración. El de 1994 fue el peor de todos con 938 juegos sin disputarse y la Serie Mundial cancelada.
