Comerciantes del popular Mercado Las Pulgas rechazaron a la medida emanada por el gobernador del Zulia, Omar Prieto, de mantener cerrado el lugar durante la semana de cuarentena radical debido al repute de casos por COVID-19.
Dicha medida les cayó como un balde agua fría a más de 6 mil comerciantes que hacen vida en Las Pulgas, quienes llegaron este lunes a sus mesas de trabajo como cualquier otro día a trabajar.
La gran mayoría desconocía la medida anunciada el domingo 2 de mayo a las 7:00 de la noche a través de las redes sociales del gobernador.
Ante esto, las rutas de acceso al mercado Las Pulgas fueron tomadas por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, quienes mantuvieron custodiado el acceso hacia el mercado.
Una de las comerciantes manifestó a Radio Fe y Alegría Noticias que fue un cierre inesperado, sin previo aviso.
“Yo le entiendo a usted, gobernador, porque tomó esa medida por una parte, pero por otra piense en toda esa gente que hace vida laboral ahí. Una semana cerrado y nos morimos de hambre. No nos va a matar la COVID, el hambre es lo que nos va a matar”, expresó angustiada.
Asimismo dijo que el cierre de Las Pulgas era una medida que atentaba contra el bienestar de los comerciantes que tienen un hogar que mantener, porque si “aunque sea el gobierno se avocara a entregar las cajas CLAP o cualquier otra cosa, pero ni eso llega en cada hogar marabino”, sentenció.
No es la primera vez que cierran el mercado Las Pulgas. El 24 de mayo del año pasado el gobernador Prieto también había ordenado cerrar dicho mercado.
En esa oportunidad por ser el principal foco de contagio de Coronavirus.
Sobre esta situación, la comerciante Yusmary Colina acotó que «esto tiene tiempo ya», por lo que sugirió a las autoridades “tomar una solución, no dejarnos a nosotros a la deriva. Somos madres y padres de familia que trabajamos y vivimos del día a día, no tenemos sueldo”.
Desalojados “a las patadas”
“Entonces no dejan que uno trabaje, desalojándonos a las patadas. Se entiende la situación que estamos viviendo; tienen que dejar que uno trabaje porque uno tiene sus familiares”, dijo Yohan Rubio.
Agregó que los funcionarios de la GNB les advertían a quienes ocupaban tarantines que recogieran la mercancía porque de lo contrario, la perderían.
Entre tanto, la comerciante Ana Freitez aseguró que los comerciantes que tenían mercancía dentro de los establecimientos no tenían permitiendo retirarla.
“Ahí hay cosas que se pueden perder, y siete días encerrada la mercancía en el negocio, ¿Cuántas pérdidas no van a haber?, cuestionó.
El transporte público se paralizó
La militarización del casco central de Maracaibo generó que el servicio de transporte público empeorara.
Usuarios del mercado Las Pulgas y otros ciudadanos que se acercaron a hacer diligencias en el casco central se tuvieron que devolver tras la tensa situación que se generaba. Los comerciantes insistían en seguir laborando.
Los usuarios del transporte público permanecieron al menos 3 horas esperando un autobús para devolverse. Entre las paradas con más retraso estaban Socorro, La Pomona y La Vanega.
Debido a esta situación, el pasaje fue aumentado a 1 millón de bolívares en efectivo.