Protegidos por las murallas de la ciudad, los habitantes de Caffa habían soportado tres años de asedio cuando comenzaron a llover cadáveres. Los cuerpos caían desde el otro lado del muro. El enemigo los disparaba con catapultas. Traían la peste.
Caffa era un enclave portuario de Génova que dominaba el comercio en el mar Negro. Los tártaros, una tribu mongol, habían intentado conquistarlo desde 1343. El asedio no había quebrado a la ciudad, que todavía recibía suministros por la vía marítima. Los guerreros tártaros ya estaban agotados cuando surgió la enfermedad, en 1346. Les aparecieron bultos en la ingle y axilas, sangraban y botaban pus. Su piel se puso negra. Sufrían fiebre, dolores y escalofríos. Después de morir, sus cuerpos apestaban. La enfermedad se propagó rápido. Incapaces de vencer, los usaron para atacar. Fue el primer ataque biológico registrado en la historia y por muchos años se consideró el inicio de la pandemia más mortífera en Europa: la peste negra.
La peste bubónica es causada por la bacteria Yersinia pestis, que se propaga por la mordedura de pulgas que viven en roedores. La peste también puede ser pulmonar, y en ese caso se contagia de persona a persona por secreciones. Cuando los cadáveres tártaros la introdujeron a Caffa, la peste ya estaba extendida en varios países europeos. Se estima que provocó la muerte de entre 30 y 40% de la población entre 1346 y 1353.
La crisis obligó a implementar medidas para controlar la epidemia. Con ese objetivo, la ciudad de Ragusa, una colonia de Venecia, ordenó que todos los marineros que llegaban al puerto pasaran 30 días aislados en sus barcos antes de entrar a la ciudad. Después aumentaron el período a cuarenta (quaranta, en italiano) días de aislamiento. La medida funcionó y evitó la entrada de nuevos casos a la ciudad. Desde entonces, el aislamiento como prevención de una enfermedad se llama cuarentena.
La peste ha surgido muchas veces después de esa pandemia. El brote más reciente ocurrió en Madagascar, en 2017. En cuatro meses, la OMS reportó 2.417 casos y 209 muertos por la enfermedad.
Las epidemias comienzan cuando ocurre un cambio que produce el aumento de casos de una enfermedad. Aunque se considera que la obesidad o la diabetes son epidemias debido a la gran cantidad de casos registrados cada año, la mayoría de las epidemias ocurren por enfermedades infecciosas.
Este tipo de enfermedades son provocadas por agentes patógenos, como bacterias o virus, los cuales infectan al organismo. Las epidemias de enfermedades infecciosas inician cuando ocurre alguno de estos escenarios:
1.- Un agente patógeno conocido cambia de alguna manera: se hace más agresivo, cambia su método de transmisión y afecta a más personas, o aparece en sitios donde no ha estado antes y por eso los humanos no tienen anticuerpos para combatirlo.
2.- Surge un agente patógeno nuevo y desconocido, no se sabe cómo combatirlo y los humanos son más susceptibles porque no tienen anticuerpos para defenderse de la infección.
La zoonosis: enfermedades de origen animal
La mayoría de las enfermedades infecciosas que afectan a los humanos son producto de zoonosis, que es el proceso en que un patógeno que vive en animales muta y se establece en seres humanos. A esos animales se les llama reservorios. En ellos viven y se reproducen los patógenos, muchas veces sin provocarles ninguna enfermedad. Las plantas también pueden ser reservorios.
La OMS afirma que desde 1970 se han descubierto más de 1500 agentes patógenos nuevos que afectan a los humanos, 70% de ellos son producto de zoonosis.
La transmisión de un agente desde el reservorio a un humano puede ocurrir por contacto directo con los fluidos del animal (orina, saliva o heces), el consumo de alimentos de origen animal (como carne poco cocida y leche no pasteurizada), o a través de un huésped intermediario o vector.
De todos los agentes patógenos, los virus son los más difíciles de combatir. Son muy primitivos. Hay especialistas que no los consideran seres vivos porque no pueden sobrevivir por sí solos. Pueden infectar a todos los seres vivos, desde humanos y animales hasta bacterias y hongos. Incluso hay virus que pueden infectar a otros virus. No los afectan los antibióticos, mutan rápido, y pueden causar enfermedades muy letales. Cuando surgen virus nuevos primero hay que identificarlos para determinar tratamientos efectivos contra ellos. Algunas enfermedades virales no tienen vacunas porque el virus muta demasiado rápido y resulta muy complejo lograr una dosis que inmunice de forma definitiva.
Los murciélagos (cuyas enfermedades son más frecuentes en Asia, Sudamérica y Centroamérica), primates (más frecuentes en África, el sudeste de Asia y Centroamérica) y roedores (Norteamérica, Sudamérica y África central) son los tipos de animales con mayor diversidad de virus zoonóticos.
El surgimiento de nuevas enfermedades zoonóticas, y el riesgo de pandemias, ha aumentado por diversos factores. Entre ellos, el cambio en la forma en que nos relacionamos con los animales.
La deforestación para crear áreas residenciales incrementa el contacto de la fauna silvestre con animales domésticos y los humanos, aumentando el riesgo de mutaciones virales entre especies. El aumento de población humana en las zonas urbanizadas causa la desaparición de muchos depredadores, incluidos los que se alimentan de roedores. Los roedores suelen ser reservorios de muchos agentes potencialmente infecciosos para los humanos.
El cambio climático tiene efectos sobre las condiciones de ciertas áreas. Puede provocar cambios en los animales que son reservorio de infecciones o aumentar la presencia de vectores en algunas zonas.
El aumento del tráfico aéreo hace que una enfermedad se pueda propagar más rápido en todo el mundo.
Los mercados de animales vivos, comunes en Asia, aumentan los contactos entre animales de diferentes especies silvestres con los humanos. Como los animales son sacrificados en el sitio antes de ser vendidos, se mezcla su carne y su sangre. Sus virus también. La posibilidad de que haya mutaciones virales que lleguen a los humanos es mucho mayor.
En 2012, el escritor e investigador David Quammen alertó que la próxima pandemia se podía iniciar en estos lugares. El SARS se originó en 2002 en un mercado de animales vivos de la provincia Guandong en el sur de China. Se afirma que la COVID-19 se inició en diciembre de 2019 en un mercado de animales vivos en la provincia de Wuhan, también en China.
Entregas anteriores ‘¿Qué es una epidemia?‘
Este trabajo fue realizado originalmente por Prodavinci con el apoyo de Pulitzer Center y lo puedes ver haciendo click aquí.