Denuncian que economías ilegales y grupos criminales destruyeron la Amazonía en 2023

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Un yacimiento minero en Ikabarú, al sur de Venezuela. Los yacimientos de oro de la región son objetivos atractivos para los mineros ilegales y los grupos armados. © María Ramírez Cabello

Un informe elaborado por un conglomerado de organizaciones no gubernamentales asegura que economías ilegales y grupos criminales destruyen la Amazonía.

Toda una infraestructura construida por el hombre y las miles de alternativas naturales que sirven como vías de transporte, facilita el auge de los grupos al margen de la ley, reseña el informe. Estas organizaciones operan en varias áreas de la economía ilegal.

El tráfico de cocaína, oro y madera son las tres áreas más explotadas por los grupos criminales, según un informe de Amazon Underworld, un proyecto de los medios de comunicación InfoAmazonia, Armando.Info y La Liga Contra el Silencio, Amazon Watch y Global Initiative Against Transnational Organized Crime, la Iniciativa global contra el crimen organizado transnacional, GI-TOC.

Las movilizaciones de los cargamentos de oro y estupefacientes se ejecutan generalmente a través de rutas aéreas cuya existencia no conocen las autoridades. Estas pistas de aterrizaje clandestinas también son innumerables y la cantidad no puede ser precisada.

De acuerdo con el informe, publicado a finales de noviembre, la Amazonia alberga una “economía subterránea” que alimenta la creciente demanda mundial, pero también la violencia y la deforestación.

En el 70 % de los municipios investigados en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela actúan grupos de civiles armados. Todos deforestan y actúan sin control.

Organizaciones criminales y su poder ascendente

De acuerdo con el informe, las múltiples organizaciones criminales están ganado poder en la Amazonía. Mientras estas organizaciones son cada vez más poderosas, las poblaciones originarias son cada vez más vulnerables.

Sin protección estatal y de ninguna índole, las poblaciones de civiles están a merced de cualquier tipo de violaciones de Derechos Humanos. La ausencia del Estado es escasa y las estrategias de seguridad no son adecuadas y mucho menos eficientes.

La reducida presencia del Estado es solapada completamente por hechos de corrupción en que incurren los funcionarios en todos los niveles, asegura el informe.

Además de ello, es muy difícil la aplicación de una política de Estado de manera coordinada entre los gobiernos de la región. Este hecho dificulta la labor de protección legal.

Todos los elementos juegan a favor de las organizaciones criminales y convierte todo el ecosistema amazónico en un perfecto espacio donde estos grupos crecen en número, organización, control, poder y peligrosidad.

Destrucción de la Amazonía

La existencia y operación de grupo o grupos criminales incide directamente en la destrucción apresurada del medio ambiente en el Amazonas.

La diversidad cultural y biológica se va degradando al punto en que hectáreas de vegetación, fauna y flora va desapareciendo. Este tipo de destrucción va de la mano de actividades mineras ilegales de manera indiscriminada.

La contaminación y la muerte están a la orden del día, y la pérdida de la capacidad reguladora climática del Amazonas está perdiéndose. De esta manera, las economías ilegales y grupos criminales destruyen la Amazonía, asegura el informe.

Los esfuerzos para proteger el ecosistema amazónico deben ir de la mano de políticas sociales, medioambientales y de seguridad que sean a la vez sostenibles y sólidas, y de la plena aplicación de los derechos de los pueblos indígenas y otras comunidades locales.

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