El Día Mundial del Ambiente se conmemora cada 5 de junio desde que fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1972.
Ese mismo año se celebró en Estocolmo la primera gran conferencia internacional sobre temas ambientales y se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), responsable de coordinar las acciones globales relacionadas con esta efeméride.
Su principal propósito es generar conciencia sobre los problemas que amenazan al planeta como el cambio climático, la contaminación, la deforestación o el uso de sustancias tóxicas, así como incentivar a los gobiernos y ciudadanos a actuar para proteger la naturaleza.
Cada edición cuenta con un país anfitrión distinto que propone un tema específico. La iniciativa se ha convertido en una de las plataformas más influyentes en defensa del ambiente, motivando a millones de personas en todo el mundo a unirse de manera presencial o virtual.
Las actividades que se organizan incluyen caminatas, campañas de limpieza, conciertos ecológicos, reciclaje y siembra de árboles. Asimismo, muchos gobiernos aprovechan la ocasión para firmar tratados ambientales y reforzar sus políticas públicas en esta materia.
Algunas instituciones educativas promueven la siembra de árboles en sus espacios; los estudiantes ponen en marcha su creatividad elaborando afiches con mensajes ecológicos que invitan a la reflexión y realizan manualidades con materiales reutilizables.
¿Cómo contribuir con el cuidado del ambiente?
En la casa, en la escuela, en el trabajo o en la comunidad, siempre hay formas sencillas de aportar al cuidado de la casa común. No se trata de hacer grandes sacrificios, sino de adoptar pequeñas acciones cotidianas que, con el tiempo, marcan la diferencia.
Por ejemplo, evitar tirar basura en la calle o quemarla ayuda a mantener el aire limpio y los espacios comunes en buen estado. En lugar de desechar los restos de frutas, verduras, hojas o ramas, se pueden aprovechar para hacer composta, un abono natural que nutre la tierra de jardines o huertos.
El agua también se puede utilizar con más conciencia, regando las plantas en la noche o muy temprano para evitar que se evapore rápidamente. El agua con la que se lava las verduras puede reutilizarse para el baño o para regar.
Antes de lavar los platos, hay que retirar los restos de comida y colocarlos en un recipiente aparte en lugar de lanzarlos por el desagüe.
Ahorrar energía es igual de sencillo. Solo hace falta apagar las luces y los equipos electrónicos cuando no se estén usando. Los bombillos de bajo consumo duran más y gastan menos electricidad.
Si es posible, moverse por la ciudad en bicicleta o patineta reduce la huella de carbono y mejora la salud.
Educación ambiental y activismo digital
La educación ambiental debe comenzar desde los primeros años de formación, ya que cuando los niños crecen entendiendo la importancia de cuidar la naturaleza y conocen los problemas que afectan al planeta, están más preparados para buscar soluciones de forma individual o grupal.
Desarrollar un pensamiento crítico sobre lo que ocurre a su alrededor los hace exigir respuestas tangibles a las autoridades. De hecho, en los últimos años muchos jóvenes están impulsando el activismo digital en redes sociales con campañas, difundiendo información y movilizando a millones de personas en el mundo.
Movimientos como Fridays for Future, impulsado por la sueca Greta Thunberg, y otros como Zero Hour, han logrado que la crisis climática se discuta en los espacios de poder, en las casas, las escuelas y las plataformas digitales.
Documentales que inspiran a cuidar el planeta
Un océano plástico: muestra el impacto devastador de la contaminación por plástico en los océanos.
Minimalismo: plantea una reflexión sobre el consumismo desenfrenado y cómo una vida más simple, basada en lo esencial, puede ser más saludable para las personas y el planeta. A través de testimonios reales, este documental invita a cuestionar nuestros hábitos de consumo.
Antes de que sea tarde: protagonizado por Leonardo DiCaprio, combina ciencia, viajes y activismo. El actor y mensajero de la ONU para el cambio climático explora distintas regiones del planeta para documentar los efectos del calentamiento global y dialogar con líderes mundiales en busca de soluciones.
Nuestro Planeta: es una producción que enaltece la belleza de la Tierra y su biodiversidad. Al mismo tiempo, advierte sobre las amenazas que enfrentan muchas especies por la acción humana.
El verdadero costo: revela la explotación laboral y el daño ambiental detrás de la ropa barata, invita a pensar dos veces antes de comprar y propone un consumo más consciente y responsable.
China plástica: ofrece una mirada íntima a una familia que vive entre montañas de desechos plásticos en China, retratando la dura realidad de quienes trabajan en la industria del reciclaje informal y las consecuencias de un modelo de consumo global insostenible.
Besa el suelo: científicos, activistas y agricultores explican cómo la agricultura regenerativa puede restaurar la salud del suelo y ayudar a salvar el planeta.
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