Docentes, administrativos, obreros y representantes de al menos 10 escuelas de Fe y Alegría en Carabobo se reunieron este viernes 20 de enero en el colegio Luisa Cáceres de Arismendi de Valencia. Allí hicieron una misa de acción de gracias en el marco de las actividades de la semana del docente.
La misa fue oficiada por los sacerdotes Wilmer Moyetones y Tomás Martínez, de la Parroquia San Martín de Porres en la Fundación Mendoza.
Luego, con pancartas en mano, los maestros, personal administrativo y obrero junto a representantes se concentraron en el puente Santa Rosa, al sur de la capital carabobeña, para exigir mejores salarios.
José Antonio García, director de la Unidad Educativa San Francisco de Sales, señaló a Radio Fe y Alegría Noticias que salen manifestar por reivindicaciones salariales amparados en la Constitución. Exhortó al gobierno de Nicolás Maduro a escuchar las solicitudes del gremio y buscar una solución inmediata.
Afirmó que pese a la situación precaria que viven los docentes, las escuelas de Fe y Alegría se han mantenido abiertas garantizando la educación a los estudiantes.
«Tenemos derecho a un sueldo digno. Cada día podamos nosotros avanzar con la mejoras para que la familia esté bien, sana y que nosotros podamos asistir a la escuela con entusiasmo y alegría. No puede ser que nuestros docentes estén saltando del timbo al tambo buscando la manera de cómo complementan para poder llegar a la escuela. El sueldo simplemente nos está alcanzando para llegar a la escuela, pero para más nada», sostuvo.
Docentes en Valencia renuncian para dedicarse a otras actividades
Por su parte, Vivian Valencia, directora de la Unidad Educativa Santa Ana Fe y Alegría, lamentó que los profesionales tengan que renunciar a sus trabajos para dedicarse a otras actividades económicas fuera de las instituciones.
«Nuestros niños son los más afectados (porque) dejan de percibir ese acompañamiento tan significativo, sobre todo desde la propuesta de Fe y Alegría que es evangelizadora, transformadora y que está vigente. Las consecuencias de esta situación la perciben los niños y adolescentes», lamentó Valencia.
La directora también afirmó tener «renuncias masiva. Actualmente, tengo situaciones de docentes con graves enfermedades que no pueden cubrir esos gastos de medicinas. Hay docentes que tienen situaciones de hijos con problemas de salud que tampoco pueden atender, problemas emocionales porque esto toca nuestra salud física y mental. Salvemos la educación. Sin maestros, no hay escuela», expresó.
Mary Muñoz, quien es representante y trabaja como obrera en la escuela Santa Ana, pidió un ajuste salarial que les permita vivir con dignidad. «Tenemos muchas necesidades tanto profesores, directivos, administración y obreros. Queremos que nos suban el sueldo. Necesitamos un sueldo digno, no es justo que estemos ganando una miseria. Tenemos familia», dijo.
Por su parte, Betania Guevara, coordinadora pedagógica en la Unidad Educativa Santa Teresita, resaltó la ardua labor que realizan los profesores, al tiempo que los invitó a no perder la fe.
«No podemos perder la esperanza. Cada maestro es una luz en el camino de muchas personas, muchos niños y adolescentes y queremos seguir siéndolo en el camino de cada uno de nuestros estudiantes», destacó.
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