Las mujeres cuidadoras asumen un rol que el Estado debe proteger, pues el trabajo en el hogar no es remunerado y debería ser reconocido. La crisis económica provocó que muchas mujeres dejaran sus empleos para regresar a las tareas de la casa.
Venezuela se está haciendo mayor por el envejecimiento poblacional y porque muchos jóvenes migraron a otros países. Esta realidad plantea un desafío para el cuidado de las personas mayores.
¿Quién cuida a los abuelos?, ¿es una tarea exclusiva de las mujeres?, ¿del Estado?, ¿del sector privado?
La coordinadora de Proyectos Fundación Friedrich Ebert-Venezuela, Anaís López explicó en programa Háblame Bajito que transmite Radio Fe y Alegría Noticias las razones del por qué muchas mujeres venezolanas dejaron sus trabajos y volvieron a las casas de manera forzada.
La crisis económica puso a las mujeres en situaciones extremas; algunas dejaron sus trabajos formales porque el salario no les alcanzaba para pagar el transporte y, en muchos casos, trabajar salía costoso.
Sin embargo, la alternativa fue regresar a las tareas del hogar, a cuidar a los niños o a los adultos mayores. La crisis económica también eliminó los subsidios que existían para pagar guarderías o refuerzos pedagógicos.
Mujeres cuidadoras y el regreso al siglo XX
López recordó que Venezuela fue uno de los primeros países que al inicio del siglo XX reconoció el trabajo doméstico. En el artículo 88 de la Constitución se reconoce el valor del trabajo en los hogares.
“El Estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social”, reza el artículo.
En la actualidad, la ausencia de las políticas de apoyo para las personas cuidadoras significa un retroceso en los derechos de las mujeres, especialmente.
En el siglo XX, el trabajo del hogar no era reconocido por el Estado y sus instituciones no promovían el cuidado y bienestar de las personas cuidadoras.
Envejecimiento de la población y el cuido de la personas
En Venezuela, el bono demográfico pasó y la población comienza a envejecer. Esta situación, más la constate migración de jóvenes, prende las alarmas.
¿Quién va a cuidar los mayores?, ¿están preparados el Estado y las familias?
La especialista considera que el mercado y el Estado han delegado el cuido de los mayores a las familias.
¿Cuántas personas pueden pagar una residencia de retiro?, ¿cuántas familias tienen asegurado el cuidado en sus últimos años?
¿Quién cuida a las que cuidan?
La pregunta que debe hacerse el Estado es quién cuida a las mujeres que cuidan a los niños o a los mayores cuando éstas necesitan atención.
Anaís López cree que el marco jurídico venezolano puede favorecer la creación de políticas públicas para proteger a las cuidadoras.
Recuerda que hubo un intento desde el Estado con la misión Madres del Barrio, pero ésta solo abordó la maternidad y esa es solo una dimensión de los cuidados.
El reto de la igualdad
Que las mujeres vuelvan a la casa a ocuparse de tareas del hogar repercute en que se alejen de los espacios de poder y participación igualitaria en la sociedad.
“Las mujeres no vamos a poder participar en condiciones de igualdad en la sociedad en un sentido amplio (…) si sus hijos no están bien cuidados”, remarcó.
“Es importante que las mujeres sepan cuánto cuesta el trabajo del hogar”, dice la especialista.
Estado y sector privado
Uruguay, por ejemplo, es uno de los países que lleva más adelantada las discusiones. Hace casi una década creó el Sistema Nacional de Cuidados, que incluye la participación del sector privado.
“Si el mercado quiere trabajadores, tiene que participar en políticas de cuidado”, aseguró López.
Escuche la entrevista que ofreció Anaís López a la periodista Carlota Rojas:
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