Es frecuente que la industria cinematográfica de los últimos tiempos nos vaya llenando de películas donde la ciencia ficción sea el denominador común. Entre violencias y suspensos, se pretende atraer la atención de los usuarios. Entre “aliegíneas”, “transformers”, guerras con tinte mal llamado apocalíptico y variadas manifestaciones de violencia, se busca “divertir” a los que ven dichas producciones. A esto se une, las denominadas “sagas”, también de ciencia ficción como “El Señor de los Anillos” y “Harry Porter”, entre otras. Se destinan muchas cantidades de dinero para producirlas y, luego, para publicitarlas. Todavía más, pues se las llegan a vender como si se tratara de filmes con alto contenido histórico y necesarias para la educación de tantos niños y adolescentes.
Pocas son, en el fondo, las producciones cinematográficas de los tiempos actuales que ofrecen enriquecimiento cultural, o reseñas históricas y, mucho menos, la difusión de los valores humanos auténticos. Todo ello responde a una intencionalidad dentro de la propuesta de un “nuevo orden mundial”. Éste podría ser de verdad “nuevo” si ofreciera elementos que apunten al desarrollo integral del ser humano, el respeto a su dignidad y la promoción de los valores con los cuales se puede vivir en una auténtica civilización centrada en el interés por la persona humana. No en vano, se habla de la “agenda 2030” que incluye, con diversos medios, la desnaturalización de la persona humana, ideologías que pretenden destruir las instituciones básicas de la sociedad, como el matrimonio y la familia… un nuevo tipo de opresión donde desembocan los extremos de la izquierda y la derecha, desde el punto de vista social y político.
Desde este ángulo, quienes dirigen o se dejan llevar por esta situación, no pueden aceptar por ninguna razón que se proponga todo lo referente a la verdad y mucho menos a la toma de conciencia de la importancia y protagonismo de los seres humanos. Todos los que están involucrados constituyen una minoría, pero con un ansia de poder que los lleva a emplear cualquier tipo de medios para alcanzar sus fines. Aquí se supera aquello de que el fin justifica los medios; se trastoca todo y así el fin hace que los medios empleados se conviertan en fines a los que hay que promover y realizar… siempre apuntando al objetivo claro en sus proyectos de dominar a la humanidad.
Dentro de este marco podemos entender por qué obras literarias, proyectos sociales, películas y otras acciones no son ni promovidas, ni aceptadas… más bien se busca rechazar todo lo que huela a humanismo y desarrollo integral de la persona humana y la casi siempre…comunidad donde vive. Esto ha sucedido casi siempre; aunque se está notando de manera acelerada en nuestra época.
Un ejemplo, no el único lo constituye la oposición, las dificultades y la desvalorización que se ha pretendido hacer ante el film “SONIDO DE LIBERTAD”. Muchos ya lo han señalado: ha puesto el dedo en la llaga y está tocando los oscuros intereses de grupos económicos, personas, asociaciones y mafias. Desde el punto de vista de la auténtica crítica cinematográfica, se podría discutir acerca de la forma como ha sido hecha… aunque tampoco es una película mal realizada. No faltará quien, valiéndose de lo que enseña la ciencia cinematográfica pueda hacer señalamientos acerca de los protagonistas, de los espacios, de la resolución de la película. Sin embargo, quienes han hecho la campaña en contra de esta producción lo que menos hacen es eso. Parece que, más bien, les duele el que se haya puesto el dedo en la llaga, según se dijo.
Quienes dirigen y actúan en la película tratan de una parte de un problema bien grueso y que se ha ido agudizando en los últimos años. El de la trata de niños, niñas y adolescentes: para esclavizarlos, para abusar y comerciar con su sexo, para vender sus órganos al mejor postor. Un comercio de muerte que va más allá de lo que podemos imaginarnos al ver la película. Y como está tocando los intereses malsanos de mafias, personas y grupos, lo mejor es evitar que se difunda o que pueda ser vista por la gente seria de la humanidad.
Hace varios años, quien suscribe estas líneas, denunció de manera pública, cómo en la frontera colombo-venezolana se daba esta triste realidad: tráfico de niños y adolescentes para ser conducidos a la prostitución, a la esclavitud, a la pornografía y a la venta de órganos. Lamentablemente no se hizo caso. Más de uno dijo que era una invención más de alguien que tenía un poco de imaginación… Ha corrido mucha agua debajo de los puentes y la situación, lejos de corregirse, como que se ha perfeccionado. Hace algunos meses se descubrió cómo a niños y adolescentes migrantes se les secuestraba para quitarles los órganos que eran vendidos al mejor postor… En el Tapón del Darién, es algo común… como lo es en diversos lugares del mundo. Frente a esta dura situación, el silencio miedoso de muchos, o la indiferencia de tantos o el pensar que eso no es cierto sino invenciones… hacen que se agrave aún más todo lo expuesto. Así, las mafias (narcotráfico y grupos irregulares, grupos delincuenciales, nuevos grupos que sólo buscan ganancias sórdidas) como corporaciones y asociaciones de personas individuales han aprovechado para profundizar en sus malévolas acciones y se presentan como invencibles.
La película “SONIDO DE LIBERTAD” ha sido bloqueada en las parrillas de las cableras, se le impide proyectarse en cines y hasta se vetan en las redes sociales. Sin embargo, el 4 de julio en Estados Unidos sorprendió a muchos por el éxito obtenido con su proyección. No hubo la publicidad comercial, sino el de “boca a boca”, incluso el de la invitación por las redes sociales. Todavía no ha llegado a los cines de nuestros países… aunque por el ingenio de unos cuantos, se ha podido difundir a través de algunos programas de las redes sociales. Así es como la hemos podido ver, junto con no pocos amigos y compañeros de camino.
La película hace referencia a uno dentro de millones de casos, según nos dicen los entendidos. Es un hecho de la vida real. Demuestra la película que existe toda una compleja organización donde participan desde sofisticados grupos económicos y personas, pasando por gente particular interesada, hasta grupos irregulares vinculados a la violencia y al narcotráfico. Tim Ballard es un personaje real, quien se dedica a la búsqueda de una niña, Rocío, hermana de un niño que él ha rescatado de las manos de un inescrupuloso que pretende abusar de él. Con la ayuda de compañeros y el apoyo de su esposa, Tim se adentra, simulando ser médico, en la selva colombiana donde logra conseguir a Rocío. Luego de vencer algunas vicisitudes, lograr escapar con la niña y entregarla a su padre y a su hermanito.
La película termina como empieza: Rocío toca un tambor y entona una canción: es la expresión de su ser auténticamente libre; es decir, termina y comienza con el “SONIDO DE LIBERTAD”. Sonido que pretende ser enmudecido por el clamoroso silencio de la maldad… sonido de esperanza en la petición del hermanito, sonido de confianza en la decisión de Tim, sonido de compromiso en la recomendación de la esposa de Tim y el acompañamiento de sus amigos y compañeros… “SONIDO DE LIBERTAD” que nunca dejó de sonar en el corazón de los secuestrados y, mucho menos, de quienes se pusieron al lado de la justicia y la verdad.
Todavía hay mucho por hacer. Esta película no debe ser considerada como un simple granito de arena o una gota en el mar… Debe ser más bien tenida en cuenta como uno de tantos capítulos de la enseñanza acerca de la justicia, de la libertad, de la preocupación por la persona humana y su dignidad. Hoy, cuando hablamos de derechos humanos de tantos hermanos, la película nos recuerda que también los niños son sujetos vivos de esos derechos. Es cierto que la película puede causar reacciones dolorosas y hasta de indefensión; no ha faltado quienes han llorado por lo que allí se difunde. No falta quienes dicen que mejor es no verla para no llenarse de tristeza. Cada uno es libre para hacerlo… pero verla, difundirla, hacer cine fórum, comentarla y aprender de ella nos puede ayudar a incorporarnos a la defensa de los niños, niñas y adolescentes en Venezuela y el mundo…
Es de desear que muy pronto, en nuestro país, pueda ser proyectada en cines…. Y ¿por qué no, que pueda ser proyectada en las televisoras de nuestra nación? ¿Acaso no suelen proyectar otras producciones que más bien están alejadas de la dignidad humana que hay que respetar? Y, nosotros, desde la Iglesia, es una oportunidad para tomar conciencia de lo que hemos de seguir haciendo en este campo: tanto la denuncia de la maldad… como la defensa de nuestros niños, niñas y adolescentes que aún siguen en peligro ante la perversa acción de mafias y personas sin temor de Dios.
¿No sería oportuno que, así como lo hacemos con otras producciones, en nuestras parroquias, en los grupos juveniles y de apostolado, en las comunidades eclesiales de base, escuelas y universidades católicas y otras instancias eclesiales se pueda (o mejor “se deba”) proyectar y hacer círculos de estudio sobre la película y la temática allí presentada? Sin miedo ni timideces, sabiendo que el Evangelio que predicamos es anuncio de liberación y denuncia del pecado del mundo… Entonces, con nuestra acción evangelizadora, en este y en otros tantísimos casos, podremos ser caja de resonancia del “SONIDO DE LIBERTAD”.
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